Hace ya 8 años, el martes 19 de junio de 2012, Julian Assange tuvo que refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres, debido a la persecución política que se gestaba en su contra luego de que filtrara a través de Wikileaks más de 250.000 documentos del gobierno estadounidense que exponían Crímenes de Estado, en que se detalla cómo la Casa Blanca realizaba acciones de intervención ilegales y espionaje contra políticos extranjeros y altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de sus misiones diplomáticas. A ésto se sumaron luego documentos militares secretos estadounidenses sobre las invasiones y posteriores guerras contra Irak y Afganistán.
Desde entonces, el periodista y programador australiano, creador de la red WikiLeaks (2006) -una organización sin fines de lucro que publica documentos de interés público- no ha podido salir de la sede diplomática ecuatoriana en Reino Unido, eso a pesar de que durante su estadía en ella le fue concedida la ciudadanía ecuatoriana.
Todo comenzó cuando Assange fue arrestado en Londres el 7 de diciembre del 2010, luego que agentes de Scotland Yard lo detuvieran tras el pedido de Suecia, gestionado en tiempo récord, para su extradición. El hecho se produjo bajo el argumento de supuestos «cargos sexuales» que habrían sido denunciados por dos mujeres quienes acusaron al fundador de Wikileaks de haber tenido relaciones sexuales con ellas sin usar preservativos, cargos que más tarde fueron retirados por el poder judicial sueco.
Assange logra salir de esta detención tras pagar una fianza de 200.000 libras en efectivo y avales por otras 40.000, unos 285.000 euros en total. Esto ocurrió 10 días después que WikiLeaks comenzó a filtrar los 251.287 documentos a través de su sitio web, que mostraban cómo el Gobierno estadounidense daba instrucciones a sus diplomáticos para realizar labores de espionaje.
Su situación significaba un gran riesgo, pues si Assange era apresado nuevamente por la justicia británica, sin contar ya con su condición de asilado, sería extraditado a Estados Unidos y ahí lo procesarían por cargos de espionaje en una corte marcial, cuestión por la enfrentaría una eventual pena de muerte.
Desde hace poco más de un año, Assange sobrelleva el aislamiento con su gato James -un regalo de sus hijos. Es que tras la salida de Rafael Correa y la llegada de Lenín Moreno a la cabeza del gobierno ecuatoriano, su condición como asilado político han mermado sustancialmente. Hoy su estadía en la embajada se asemeja a un limbo diplomático, algo a mitad de camino entre un refugio y una cárcel.
Un asilo sin comunicación y con profundas restricciones
Durante el primer trimestre de 2018 el gobierno Ecuatoriano, específicamente su jefe de Estado, Lenín Moreno, tras sostener varios encuentros con representantes del gobierno de EEUU, entre ellos el vicepresidente Mike Pence, decidió coaccionar la vida de Assange dentro de la embajada ecuatoriana en Londres, imponiéndole una serie de restricciones que prácticamente erradican su condición de refugiado y lo obligan a permanecer como si fuera un condenado con privativa de libertad.
Desde entonces han habido largos periodos en los que Julian Assange se ha mantenido en silencio obligado, sin comunicación con el exterior, si derecho a recibir visitas y sin acceso a internet. Así lo dictó Moreno tras su encuentro con el segundo al mando de la Casa Blanca.
La presión del régimen ecuatoriano sobre Assange se ha profundizado, entrando en el terreno de la tortura psicológica, pues a condición de devolver su acceso a la comunicación con el exterior -como si se tratara de un reo sentenciado- le ha impuesto un estricto pliego de corte disciplinario que, de ser incumplido por Assange motivará su expulsión de la embajada.
Un despacho de El País reseña que para que el fundador de WikiLeaks recupere su derecho de comunicarse y socializar, pero con restricciones, primero debe someterse a «un rígido protocolo que hace hincapié en la necesidad de que mantenga su estado físico, su comportamiento y su aseo en condiciones apropiadas».
Un despacho de WikiLeaks sostiene que el gobierno de Moreno ha elaborado un documento en el que se recogen los nuevos requerimientos para que Assange pueda conservar su situación de asilado en la sede diplomática, sin embargo la información no ha sido oficializada.
Explica WikiLeaks que «el nuevo régimen de convivencia empezó a aplicarse el pasado fin de semana, según el protocolo que tiene fecha de 11 de octubre»; sin embargo, Assange aún se mantiene incomunicado.
«No puede recibir visitas ni acceder a Internet desde marzo pasado, después de que el Gobierno de Lenín Moreno tomara esa decisión para impedir que Assange siguiera ‘inmiscuyéndose’, con sus pronunciamientos en redes, en asuntos de política interna de otros países que pudieran afectar a las relaciones con Ecuador», refiere El País.
Dice el gobierno ecuatoriano citado por El País: “El incumplimiento de las obligaciones que constan en este Protocolo Especial por parte del asilado podrán dar lugar a la terminación del asilo diplomático por parte del Estado ecuatoriano, con arreglo a los instrumentos internacionales pertinentes. El Estado ecuatoriano se reserva el derecho de aceptar o rechazar las explicaciones que pueda dar por escrito el señor Assange”.
Assange podrá conectarse a Internet a través de la red wifi de la embajada con el uso de su teléfono móvil y ordenador personal, sería parte del nuevo protocolo que se encuentra en la web de información ecuatoriana Código Vidrio, sin confirmarse por la Secretaría de Comunicación de Ecuador.
Assange deberá pagar sus gastos
Entre las nuevas exigencias de la embajada, dice ese texto, Assange deberá asumir sus propios gastos de manutención y de salud, obligado, además, a tener revisiones médicas cada tres meses.
Según el protocolo publicado por Código Vidrio, la embajada solo pagará el alquiler del inmueble, los servicios básicos como electricidad, agua o calefacción y la mencionada conexión a Internet. La alimentación, limpieza, lavandería, así como el cuidado de la mascota que vive con Assange desde hace dos años en la embajada, deberán ser asumidos por él.
“A fin de precautelar las condiciones de salubridad de las instalaciones de la Embajada, el señor Julian Assange y sus visitantes conservarán la limpieza e higiene del cuarto de baño y otros espacios que utilicen dentro de la Embajada”, recoge el documento. En caso de no atender convenientemente a su mascota, se le solicitará que la entregue “a otra persona o a un refugio de animales fuera de la misión diplomática”, dice el referido documento.
El texto también refiere que el nuevo régimen de convivencia permitirá que Assange reciba hasta un máximo de tres visitantes, siempre que hayan hecho una solicitud formal con tres días de antelación y que haya sido aceptada por el Embajador. Las visitas podrán ser aceptadas o rechazadas sin ninguna explicación por el delegado diplomático.
Esta modificación de las condiciones de convivencia para Julian Assange coinciden en el tiempo con la llegada a Ecuador de su defensor, el juez español Baltasar Garzón-explica El País- quien se encuentra junto a los representantes judiciales en Quito para llevar la defensa del australiano.
El equipo defensor de Assange anunció que próximamente presentará acciones legales contra el canciller ecuatoriano, José Valencia, por haber entregado información sobre el proceso de nacionalización de Assange a una asambleísta. Según la denuncia, se trataba de información reservada, pese a que el Gobierno asegura que la anterior canciller, María Fernanda Espinosa, no siguió el trámite formal para declararla como tal.
¿Cómo deshacerse de Assange?
En mayo de 2018, la cancillería ecuatoriana dejó ver que podría llegar a un acuerdo con el gobierno inglés para entregar a Assange y librar a Ecuador de la presión que ejerce EEUU sobre Lenín Moreno.
La entonces canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa informó que la decisión sobre el destino del fundador de WikiLeaks, se decidiría en un diálogo con las autoridades del Reino Unido y atendiendo al respeto de sus derechos y las leyes internacionales.
Entrevistado por Sputnik, John Pilger, periodista británico y amigo de Assange, calificó la información sobre la posible entrega de Assange a Inglaterra y al gobierno de Moreno como una «vergüenza que deshonró el nombre de Ecuador».
Según Pilger, «Está claro que el Gobierno (ecuatoriano) actúa bajo el auspicio de EEUU» y agregó que Moreno viene a retomar «una fuerte influencia histórica estadounidense sobre el pequeño país».
Por su parte, Luis Rosero, columnista del periódico ecuatoriano El Telégrafo, explicó a Sputnik que el asilo del ciudadano australiano nacionalizado ecuatoriano representa un «problema heredado» para la administración de Moreno.
Rosero subraya que en los años que lleva refugiado en el edificio de la Embajada ecuatoriana, Assange «ha tenido problemas no solo con Inglaterra sino también con España», y el Gobierno «quiere resolver este problema que interfiere en las relaciones con varios países» europeos, explicó el periodista.
La ropa sucia de Washington expuesta por Assange
Un artículo publicado en 2012 por nodo50.org explica que una vez que Assange comenzó a divulgar – el 28 de noviembre de 2010- a través de WikiLeaks los miles de cables que contenían «los sucios secretos del imperio enviados por las embajadas de Estados Unidos desperdigadas por el mundo», se comenzó a gestar una trama para que el periodista cayera y fuera acusado por delitos sexuales.
La exposición de cada cable que filtró Assange, documentos que contaban con firmas de embajadores estadounidense en todo el planeta, tuvo un impacto profundo para Washington, que se abocó a la tarea de cortar el problema de raíz.
«Sus primicias, observaciones, datos, informaciones de gobiernos, personalidades y países eran recogidos por los infaltables agentes de la CIA que, además, imponían sus criterios y opiniones, inclusive para denigrar, insultar, calumniar, satirizar a presidentes, jefes de gobierno, comandantes y oficiales de fuerzas armadas y policiales, políticos y periodistas. Los cables de Wikileaks causaron asombro, estupor, repudios, indignaciones y muchos sustos, y en el caso ecuatoriano ocasionaron la expulsión de la embajadora Hodgges y la consiguiente ruptura de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Ecuador», explica el texto publicado por nodo50.
En los cables que divulgó Assange se evidenciaba, por ejemplo, a través de un video, la matanza perpetrada desde un helicóptero norteamericano a civiles inocentes y, entre ellos, a periodistas, en Irak.
«Desde entonces, el mundo comenzó a mirar de otra manera a Estados Unidos al comprender que el defensor de libertades y derechos humanos los violaba en cada país intervenido militarmente, o en cada lugar en donde había una base militar yanqui. Comprendía las verdaderas intenciones de Estados Unidos al invadir Irak, Afganistán y, últimamente la famosa “primavera árabe” creada por Occidente, para apoderarse de las riquezas, en particular, las energéticas de los países árabes», cita el artículo.
Todo esto ocasionó que se ejecutara una persecución implacable contra Assange, que fue contenida por el gobierno de Rafael Correa y la protección que le brindó en la embajada de Londres. En la actualidad la situación es la opuesta.
Se estima que las autoridades británicas han gastado 22 millones de libras (unos 24 millones de euros) en la vigilancia de la embajada, ya que si Assange sale, será inmediatamente detenido.
La trampa de la CIA
En medio del «boom» informativo que representaba la figura del fundador de WikiLeaks, Assange era una de las personas más solicitadas por universidades, escuelas y facultades de periodismo u organizaciones profesionales de periodistas para que ofreciera conferencias u otro tipo de encuentros y así divulgar su experiencia.
Explica el artículo de nodo50.org lo siguiente: «A medida que avanza el tiempo y se reúnen más datos, la hipótesis de que Julián Assange cayó en una trampa hábilmente montada por la CIA, comienza a convertirse en certeza si se considera que el periodista australiano accedió a información valiosa y generalmente ocultada tras los sellos de reservada o secreta. Demostró que es muy peligroso divulgarla en todo el mundo si en el proceso logró destapar las pestilentes actuaciones de gobiernos, mercados, instituciones financieras, bancarias o crímenes de guerra y de lesa humanidad».
«Desdeñando peligros para su seguridad personal, Assange aceptó una invitación para viajar a Suecia a dictar conferencias, pero previamente le habían advertido que se cuidara porque podría caer en “las trampas del sexo”. Pero el fundador de WikiLeaks, con advertencia de por medio, parece que cayó redondo en una de esas trampas», agrega nodo50.
Durante la conferencia en Suecia, dos mujeres se acercaron a Assange como admiradoras y lo invitaron a su casa, explica una crónica de Cubadebate.
«Poco después las autoridades suecas presentaron contra Assange cuatro cargos, los cuales se desprenden de las declaraciones de las dos denunciantes: 1º: “Coerción ilegal”, porque Assange al parecer usó el peso de su cuerpo para “forzar” sexualmente a su “víctima” (es decir, se puso encima). 2º: “Molestar sexualmente” a una de las denunciantes por tener sexo con ella sin preservativo. 3º: “Molestar deliberadamente” a la denunciante “de una manera designada a violar su integridad sexual”, porque según parece Assange tuvo la osadía de llamarla otro día para volver a quedar con ella. Y 4º: Tener “sexo por sorpresa” sin preservativo con la segunda denunciante. Es decir, lo que viene siendo el aquí te pillo, aquí te mato”, explica el artículo.
Esas dos mujeres que lo acusaron de violación fueron la periodista sueca, de origen cubano, Annita Ardin, la “demandante oficial”, y su amiga Sofía Wilen, a quien según sus propias declaraciones “le costó mucho trabajo llevarse a Assange a la cama”, pese a que fue ella la primera en quejarse de “abuso sexual” a la policía.
El periodista-investigador Jerry Robalino informaba que la periodista Annita Ardin, una de las mujeres que acusa a Assange, parece haber trabajado con un grupo que tiene conexiones con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.
James D. Catlin, un abogado que representó recientemente a Assange, afirmó que la investigación por delito sexual contra el fundador WikiLeaks se basa en afirmaciones de que no usó condones durante sus relaciones sexuales con dos mujeres suecas y fuentes de la Fiscalía sueca dijeron a AOL News que Assange no era buscado por violación como se ha informado, sino por algo llamado “sexo por sorpresa” o “sexo inesperado”.
A principios de 2018, luego que Suecia decidiera desestimar el caso por el que se reclamaba a Assange, hecho que habría servido para que volviera a la libertad plena, un tribunal británico decidió mantener en vigor la orden de detención que pesa sobre el activista, pues consideran que el australiano vulneró los términos de su libertad condicional al refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres y no acudir a una citación judicial.
Aportes de Assange son valorados por la comunidad internacional
Varias organizaciones a nivel mundial catalogan a Assange como un ícono de la libertad, e incluso como un modelo a seguir en el mundo digital al difundir verdades en favor de las grandes mayorías para denunciar los abusos de sectores hegemónicos.
De igual forma es considerado como un referente de periodismo de investigación y promotor de los derechos humanos, sobre todo ante un escenario global en el que reina la post verdad o la difusión masificada de noticias falsas que perjudican al inconsciente colectivo.
«Para nosotros, Julian Assange es un perseguido político y un ícono de la libertad de expresión», dijo el coordinador del Movimiento Ecuador en el Reino Unido, Juan Carlos Piedra, quien también destaca el trabajo de WikiLeaks: «Hizo un aporte a la humanidad con sus publicaciones, sobre todo con lo que develó sobre los gobiernos poderosos como el de Estados Unidos».
«Cualquier país tendría que dar la debida protección a alguien que pide asilo porque no tiene garantías», expresó Piedra justo en el momento que Inglaterra amenazara en 2012 en entrar a la fuerza a la embajada ecuatoriana para arrestar a Assange.
Esa importancia en el trabajo de Assange ha sido valorado también en el ámbito académico. En febrero de 2016 el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), activó la cátedra Julian Assange sobre Tecnopolítica y Cultura Digital, para rendir honor a esta figura que «representa uno de los íconos de la libertad digital”.
En 2016 también fue premiado un documental sobre Assange en el Festival de Cannes. La estadounidense Laura Poitras estrenaba ante una sala repleta su pieza Risk, un documental sobre el trabajo que hace el equipo de WikiLeaks y sobre todo sobre su director, Julian Assange.
«Apoyo mucho el trabajo que WikiLeaks ha hecho. Me preocupa mucho lo que Estados Unidos está haciendo a nivel internacional», dijo en aquel momento la realizadora, quien detalla que en su cinta se muestran las reuniones de trabajo de Assange y su equipo de colaboradores más cercano como el ciberactivista e informático estadounidense Jacob Appelbaum y la periodista británica Sarah Harrison.
Poitras comenzó a trabajar en este documental antes de iniciar «Citizenfour», el documental sobre el informante Edward Snowden por el que fue distinguida con el Oscar en 2015.
Además, al menos cuatro largometrajes han realizado cineastas inspirados en la historia de Assange, entre ellos resaltan: Asesinato colateral (2010); Robamos secretos: la historia de WikiLeaks (2013); Mediastan (2013) y Architects of Denial (2017).
El futuro de y según Assange
Ciaron O’Reilly, un activista de origen australiano quien asegura ser amigo personal de Assange escribió en mayo de 2018 una carta al Papa Francisco para que interceda por la libertad del fundador de WikiLeaks.
“Su vida corre peligro. Por eso pedimos ayuda al Pontífice, para que pueda salir y vivir en un sitio tranquilo y seguro, donde pueda seguir desempeñando su actividad como periodista, contando la verdad para garantizar la dignidad de las personas”, dice parte del texto enviado al Papa citado por elconfidencial.com.
«La última vez que le vi fue en Navidades. Quiere salir, estar con sus hijos. Es una tortura mental no saber cuánto tiempo le queda ahí dentro», dice O’Reilly, quien agrega que Assange vive en un espacio de 30 metros cuadrados y su salud se resiente.
“En estos años le he visitado cada vez que he venido a Londres. La última vez que le vi fue en Navidades. Quiere salir, recuperar su vida, estar con sus hijos. Es una tortura mental no saber cuánto tiempo le queda ahí dentro”, asegura.
Desde 2017, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, informó que Assange es una prioridad para su país y agregó que en los últimos meses, el FBI ha estado entrevistando a varias personas relacionadas con WikiLeaks.
El ecuatoriano Paul Tapia Goya, incluso se atreve a generar una hipótesis sobre el futuro de Assange al decir que como cuenta la ciudadanía ecuatoriana, podría aprovechar el derecho de asilo y de esa manera ser candidateable a la Presidencia del país.
Esta conjetura que fue enviada en una carta al editor del medio ecuatoriano digital expreso.ec, no deja de ser algo descabellada, pero que si existe un asidero legal que lo permita, entonces es una opción real para el perseguido político de Inglaterra y Estados Unidos.
Por su parte, el analista mexicano Alfredo Jalife, explica en un blog de la web de Telesur, que antes de que Assange fuera desconectado del mundo exterior, grabó un video para el Foro Mundial de Datos Éticos -desde su refugio en la embajada de Ecuador en Londres-, donde explica que la generación que nace ahora es la última generación libre.
El «Canto del cisne» de Assange -explica Jalife- relata «el futuro ominoso de la inteligencia artificial (IA) y la capacidad de colectar la información sobre la gente ha crecido en forma exponencial, gracias a las aplicaciones avanzadas con la IA, por lo que la avanzada civilización tecnológica no puede durar mucho tiempo.
«Advierte que todas las grandes potencias conocen los datos íntimos de las personas debido a las aplicaciones del GAFAT (Google, Apple, Facebook, Amazon y Twitter) y que muy pocas personas técnicamente capaces pueden vivir a parte, lo cual huele un poco a totalitarismo», agrega Jalife sobre el video grabado por Assange.
«Assange ha predicho que una ciberguerra global estallará muy pronto conforme la IA sea entrenada para automatizar adecuadamente los ataques automáticos de hackeo cuando no existe una frontera ya que Nairobi se encuentra a 220 milisegundos de Nueva York», comenta Jalife sobre el futuro que le depara al planeta si el mundo sigue bajo la hegemonía unipolar de EEUU y sus aliados.
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