“El maníaco de Angarsk” es condenado a cadena perpetua por 56 asesinatos

Como si se tratara de una réplica del famoso personaje “Jack el destripador” (1888), este lunes un expolicía ruso, apodado «el Maníaco de Angarsk«, fue condenado por haber cometido 56 asesinatos, casi en su totalidad mujeres.

Considerado como el peor asesino en serie de la historia reciente de Rusia, Mikhail Popkov, de 54 años, fue sentenciado en un tribunal de la ciudad de Irkutsk, en Siberia, que le declaró culpable de los homicidios cometidos entre 1992 y 2007.

Ésta es la segunda condena a cadena perpetua que recibe el sujeto. En 2015 había sido juzgado por el asesinato de 22 mujeres.

La mayoría de los crímenes fueron cometidos en la ciudad de Angarsk, donde Popkov mató a 77 mujeres –prostitutas de entre 16 y 40 años– y a un hombre, otro policía. La más joven tenía 15 años de edad.

Modus operandi

“El maníaco de Angarsk” se valía de su condición de oficial de policía para invitar a sus víctimas a subirse a su coche de noche. “Si las chicas se negaban, las dejaba; pero si aceptaban, las violaba y acababa con sus vidas con crueldad”, reseña RT.

Solo «perdonó a tres mujeres porque no aceptaron beber con él. Las escoltó a sus casa e incluso ayudó a algunas de ellas a cargar sus maletas”, relató el fiscal estatal Alexander Shkinyov, después de que se leyera la sentencia.

Muchas de las mujeres fueron violadas. Para cometer sus atrocidades, utilizaba un hacha, un martillo, cuchillos, punzones, garrotes, bates y tacos de billar, de acuerdo con información publicada en el portal ruso Meduza.

Al parecer, Popkov, quien se describía como un «limpiador» de las prostitutas de la ciudad, tenía «una necesidad patológica de matar a gente», explicó la oficina de la fiscalía de Irkutsk en un comunicado citado por la agencia de prensa Interfax.

«Dijo que las ‘condenó a muerte’ tan pronto como acordaron compartir una bebida con él«, aseveró el fiscal estatal Alexander Shkinyov.

Los cuerpos, algunos de ellos mutilados, eran arrojados a la orilla de la carretera e incluso en el cementerio de la ciudad.

Popkov llegó a participar en las investigaciones de algunos de los casos, lo que le permitió desviar la atención de las autoridades. Comenzó a matar en 1992, pero fue identificado en 2012 durante una pesquisa de las autoridades a gran escala.

Fueron dos pistas las que llevaron a los investigadores hasta el asesino: “las marcas de neumáticos de su coche en los lugares de los crímenes y el análisis de las muestras de ADN de 3.500 sospechosos, que proporcionó la prueba definitiva”.

Muy lejos

Luego de conocerse el veredicto,Popkov será enviado a una prisión reservada a los detenidos condenados a cadena perpetua, apodada «Delfín Negro», que está cerca de la frontera con Kazajistán.

Así, Popkov se integra a la lista de otros grandes asesinos en serie que ha tenido Rusia, como Andréi Chikatilo (el carnicero de Rostov), quien fue ejecutado en 1994 por el asesinato de 53 niños y adolescentes entre 1978 y 1990.

También, Alexánder Pichúshkin (el asesino del ajedrez), condenado a cadena perpetua por el asesinato de 48 personas en Moscú, entre 2002 y 2006.

Odio infundado

Popkov se llegó a reconocer como un “purgador” y “castigador” de la ciudad y afirmó que sus crímenes los cometió por la supuesta inmoralidad de estas mujeres. Se cree que su obsesión tuvo origen luego de sospechar el adulterio de su esposa.

Su mujer, su hija y sus amigos le definían como “un hombre pacífico, tranquilo y amable, que no haría daño ni a una mosca”, la comisión médica que lo examinó cuando era policía observó “aspectos psicopáticos” en su personalidad, pero inexplicablemente le encontró apto para servir en las fuerzas de seguridad.

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