El Gobierno había fijado para el 10 de junio el traslado de los restos del dictador
El Tribunal Supremo anunció este martes la decisión «por unanimidad» de suspender cautelarmente la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco, que debía llevarse a cabo el próximo 10 de junio en horas de la mañana.
«La Sección Cuarta de la Sala III del Tribunal Supremo ha decidido por unanimidad suspender cautelarmente la exhumación de los restos de Francisco Franco Bahamonde, que debía llevarse a cabo el 10 de junio a las 10 horas», señala en un comunicado.
Según explica el Tribunal, la razón se debe a tratar de evitar el perjuicio que, de otro modo, «se causaría a los recurrentes y, especialmente, a los intereses públicos encarnados en el Estado y en sus instituciones constitucionales, los cuales se verían gravemente afectados si, exhumados esos restos, se estimara el recurso y fuera preciso devolverlos al lugar en que se hallan».
En un escrito presentado el pasado mes de marzo, los nietos del dictador propusieron la «suspensión cautelar» del acuerdo del Consejo de Ministros que autoriza la ejecución de la exhumación, por considerarlo «nulo de pleno derecho».
Los cinco magistrados responsables de la decisión han optado por no oponerse a esta medida, solicitada también por la Fundación Franco y la comunidad benedictina del Valle de los Caídos, que paraliza de momento el proceso de exhumación y evita en todo caso una intervención precipitada, que podría tener que revertirse si finalmente el tribunal diese la razón a los recurrentes sobre la nulidad del Consejo de Ministros.
El pasado 15 de marzo, el Gobierno de España que preside el socialista Pedro Sánchez fijó el día 10 de junio para proceder a la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos, donde se encuentra enterrado con honores.
Dicha orden se hace en virtud de la Ley de Memoria Histórica, que el pasado mes de agosto fue modificada por el Gobierno para fijar que en el Valle de los Caídos solo pueden reposar los restos de personas fallecidas a causa de la Guerra Civil o de la posterior represión franquista.
En consecuencia, la presencia de Franco –fallecido en 1975 mientras seguía siendo Jefe de Estado– en el Valle de los Caídos se volvió contraria a la ley, por lo que el Gobierno inició trámites para trasladar sus restos.
Uno de los obstáculos que dilataron el proceso fue la incertidumbre sobre el destino del cuerpo de Franco, sobre todo cuando los familiares expresaron su deseo de que su abuelo fuese enterrado en el panteón que los Franco poseen en la cripta de la Catedral de la Almudena, junto al Palacio Real de Madrid y en pleno corazón de la capital del país.
Sin embargo, el Gobierno alegó que enterrar los restos de Franco en La Almudena no era aconsejable por motivos de «orden público y seguridad».
Finalmente, si el proyecto del Gobierno español no se ve finalmente frustrado, el dictador será inhumado en el cementerio de Mingorrubio, cercano a El Pardo, en una capilla en la que yace Carmen Polo, la esposa de Franco.
Con información de Sputnik y RT
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