El embajador de Emiratos Árabes Unidos en EE.UU., Yousef al Otaiba, ha sugerido este martes a la Administración del presidente, Donald Trump, que se valga de su base aérea Al Udeid en Catar como instrumento de presión político sobre el país del Golfo Pérsico.
«La base aérea es una póliza de seguro muy buena contra cualquier presión adicional», ha declarado ante la prensa Al Otaiba, que subraya que la razón por la que no se han tomado medidas contra Doha es «por la base aérea». «Tal vez alguien en el Congreso debe tener una audiencia y solo decir: ‘¿Deberíamos considerar [la oportunidad] de moverla?'», ha continuado el embajador de EAU.
Mientras la crisis diplomática del Golfo Pérsico entra en su segunda semana, Al Otaiba también ha indicado que los países vecinos de Catar darán «pronto» a Washington una lista de acciones concretas que debe emprender Catar antes de que se levanten los castigos.
Las acciones se centran en tres demandas sobre la conducta de Doha: el apoyo al terrorismo, la intervención en los asuntos internos de otros países y el uso de medios respaldados por el Estado para atacar a los vecinos. «Nos hemos cansado, hemos tenido suficiente», ha asegurado Al Otaiba.
La base aérea del Comando Central del Ejército de EE.UU., que acoge a unos 10.000 soldados estadounidenses, sirve de escala para las campañas aéreas norteamericanas en Irak, Afganistán y Siria, y se ha convertido en punto de discordia entre Catar y sus vecinos.
El pasado viernes el Pentágono afirmó que el bloqueo a Catar no ha afectado a las operaciones que se llevan a cabo desde Al Udeid, sin bien dificulta la planificación a largo plazo de las operaciones militares contra el Estado Islámico.
El pasado 5 de junio Arabia Saudita, Baréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Libia, Maldivas, Mauricio y Mauritania cesaron sus relaciones diplomáticas con su vecino Catar, país al que acusan de apoyar a organizaciones que consideran «terroristas».
FUENTE: RT