Por muchos años, la gigantesca empresa de construcción Lafarge canceló “impuestos” al Estado Islámico para continuar haciendo negocios en Siria, en medio del conflicto que vive dicho país.
Le Monde reveló que la compañía tenía su base central en Jalabiya, un área nortina controlada por ISIS, que abrió sus puertas en 2010 poco antes de que estallara la guerra entre grupos armados y fuerzas de gobierno.
Lafarge, de origen francés, pagaba por ello una cuota que permitía ingresar sus vehículos a la ciudad, cruzando puntos de control establecidos por el movimiento terrorista.
Se menciona que la empresa, descrita como un líder mundial en materiales de construcción como cemento y concreto, proveyó insumos a terroristas hasta el año 2014 cuando ISIS tomó control de las instalaciones.
En febrero de 2015, fuerzas kurdas lograron asegurar el área.
“Regularmente se permite que corporaciones rompan las leyes… HSBC fue un banco de terroristas y no enfrentó absolutamente ninguna repercusión”, recordó el sitio 21s Century Wire.