En plena crisis por la pandemia de coronavirus COVID-19, que ataca al mundo y en especial a su país, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sacó tiempo para consumar una venganza.
A última hora del viernes, el mandatario notificó por sorpresa al Congreso la destitución del inspector general de los servicios de inteligencia, la persona que consideró creíble la alerta presentada por un funcionario sobre el contenido de sus conversaciones con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y utilizó los canales administrativos previstos para advertir del posible abuso de poder a los legisladores, abriendo así la puerta a su posterior ‘impeachment’, del que fue absuelto el pasado mes de febrero.
En la carta dirigida a los responsables de los comités de inteligencia del Senado y la Cámara de Representantes, Trump indicó que perdió la confianza en el funcionario, Michael K. Atkinson, y les notificó su destitución, que de acuerdo con las normas vigentes será efectiva dentro de un mes, aunque durante ese tiempo estará en excedencia, reseñó La Vanguardia.
Atkinson fue quien informó al Congreso de la queja del denunciante anónimo que acusaba a Trump de presionar al Gobierno de Ucrania para abrir una investigación sobre el candidato demócrata Joe Biden y su hijo, que estaba en la base de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso aprobados contra el presidente por la Cámara de Representantes y desestimados por el Senado.
“Es vital que yo tenga la más completa confianza en los designados para servir de inspectores generales. Ese ya no es el caso con este inspector general”, escribió Trump en su carta al Congreso.
Atkinson no es la primera víctima de la venganza del inquilino de la Casa Blanca.
Primero fue James Comey, director del FBI, a quien despidió por considerar que estaba obsesionado con la investigación sobre su posible conspiración el Kremlin. Después fue Andrew McCabe, segundo de Comey, y más adelante, por la misma trama rusa, prescindió del fiscal general Jeff Sessions.
«Recientemente, tras su absolución en el Senado, echó del Consejo de Seguridad Nacional al teniente coronel Alexander Vindman, que había testificado durante la investigación de la trama ucrania en la Cámara baja, y al embajador ante la Unión Europea, Gordon Sondland, que también compareció como testigo en el juicio político», recordó El País.
Venganza en plena crisis del coronavirus
El despido de Atkinson por parte de Trump ha sido motivo de críticas en varios sectores políticos y sociales de Estados Unidos, que señalan que el mandatario debe dedicar su atención a afrontar la inminente crisis del coronavirus.
Con 327.000 contagios confirmados y 9.300 muertos, la nación norteamericana es el epicentro mundial de la pandemia del COVID-19.
El propio Trump pidió a sus compatriotas que se preparen para un fuerte alza de las muertes por coronavirus en los próximos días, mientras el país se enfrenta a lo que calificó como las dos semanas más duras de la pandemia.
«Va a haber muchos muertos», dijo el sábado en una comparecencia ante los medios.
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