El desastre natural obligó a las autoridades de Papúa Nueva Guinea a evacuar a más de 15.000 personas
Repentinamente, el pasado miércoles, el monte Ulawun y el volcán Manam explotaron, arrojando al aire una inmensa nube de humo que se alzó por toda la localidad de Papúa Nueva Guinea (PNG) en Oceanía.
El desastre natural obligó a las autoridades de PNG a evacuar a más de 15.000 personas. La ceniza volcánica, que ha cubierto grandes extensiones de terreno, podría causar daños permanente de salud, e incluso la muerte, en caso de ser inhalada o ingerida.
A pocos días del incidente, la fuerte humareda del volcán Manam, expulsó peligrosos flujos piroclásticos por sus laderas, lo que ocasionó la evacuación de otros 3.775 habitantes.
Ceniza peligrosa
Las diminutas partículas, similares al vidrio, que contiene la ceniza volcánica, pueden causar daños permanentes en los pulmones, provocar enfermedades crónicas e incluso la muerte.
Se estima que los restos de la explosión volcánica, cubrió grandes extensiones de campos de cultivos.
«Si la ceniza está en las cimas de las colinas o las copas de los árboles y los vientos soplan, la gente lo inhalará», dijo Leo Mapmani, del Centro Provincial de Desastres de West New Britain.
Mapmani, explicó que las personas no podrán regresar a sus hogares hasta que las lluvias no se lleven la ceniza que ha cubierto sus cultivos.
Daños materiales
Hasta el momento no se han registrados víctimas; sin embargo, el desastre natural ha dejado a las poblaciones cercanas sin agua y sin comida. Mientras se destruyeron casas y pozos de agua.
La Cruz Roja de Papúa Nueva Guinea así como instituciones locales y el ejército, han transportado suministros de emergencia a los refugiados.
Por su parte, el primer ministro, James Marape, visitó este domingo varios refugios.
«Los satélites están monitoreando el gas y las temperaturas», dijo el topógrafo geodésico Steve Saunders. Según explicó, el volcán Manam continúa arrojando flujos de lava desde la cima hacia el mar.
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