El secretario general y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, se reunió en la Moncloa con el ganador de las elecciones generales, y líder del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy.
Tras escuchar la propuesta de Rajoy, Pedro Sánchez aseguró que “ni vamos a apoyar a Rajoy ni vamos a apoyar elecciones anticipadas».
Para el líder socialista, la prioridad pasa en este momento por probar todas las posibilidades: «Celebrar otras elecciones es la última opción para el PSOE. El no a Rajoy es el sí al cambio», aseguró en referencia a agotar todas las posibilidades de acuerdo con Podemos sin «cruzar la línea roja» de ceder en la celebración de un referéndum en Cataluña.
Rivera llama a la puerta
Por su parte, el líder del partido de derecha Ciudadanos, Albert Rivera, planteó abrir unas negociaciones «a tres bandas» con los populares y los socialistas por lo que denominó el “pacto por España”, con un doble objetivo. Por un lado, reformar la constitución; por el otro, garantizar la “estabilidad” y la “unidad” de los españoles: «Proponemos un pacto por España para que nadie aproveche la debilidad y la incertidumbre en la que estamos. Un acuerdo base para garantizar la unidad de todos los españoles y que cualquier cauce de reforma vaya por el cauce constitucional y no fuera de él, mediante referendo», dijo Rivera.
Los escaños del PP (123) sumados a los de Ciudadanos (40) quedan cortos para sumar la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados (176). Es por eso que Rivera incluyó al PSOE en la mesa negociadora, aunque durante toda la campaña electoral hubiera insistido en que no están capacitados para enfrentar la nueva etapa política y rechazara darles apoyo.
La réplica de Sánchez al nuevo partido de derecha fue contundente y aseguró que la respuesta no pasa por “hacer frentes” sino por “construir puentes” y apostar por el diálogo.
El papel del rey
Si dos meses después de la primera votación de investidura ningún candidato consigue mayoría, los españoles serán convocados nuevamente a elecciones.
Esta medida sería tomada por el Rey de España, Felipe VI, quien se tendría que disolver las Cortes si no hay un acuerdo entre partidos políticos.