El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, pidió este martes al Partido Socialista (PSOE) y a Ciudadanos su apoyo para liderar un Gobierno que haga «algunas de las grandes reformas que necesita España y que quedarían para mucho tiempo», incluso acometer una reforma constitucional.
«Yo no tengo ninguna línea roja», dijo en una entrevista. Pero lo cierto es que la cuestión del referéndum de independencia de Cataluña marca una barrera para la negociación. Sin embargo, por ahora el PSOE no tiene intención alguna de ceder en este punto tampoco.
Rajoy llamó a «hacer de la necesidad virtud» y subrayó que «con un Gobierno que contase con el apoyo de más de 200 diputados se daría un mensaje de credibilidad y tranquilidad» a los mercados y además se podrían hacer «grandes reformas que se consideren necesarias» y «para muchos años», incluso una reforma constitucional.
El mandatario dio a entender que es con el PSOE y con Ciudadanos con quien podría pactar una reforma constitucional, pero no con otros partidos: «Con 300 diputados se podría hacer otra reforma totalmente distinta, que muchos no podríamos apoyar», dijo.
El presidente en funciones dejó claro que ese Gobierno debería estar presidido por el PP, puesto que ganó las elecciones y en concreto por él mismo, que fue el candidato que se presentó.
También afirmó que, con o sin los apoyos asegurados, se presentará a la investidura si así se lo encarga el Rey, porque es su «obligación» y porque es como funcionan las instituciones democráticas, aunque ahora «algunos» crean que se puede hacer «cualquier cosa».