El atacante abatido cuando intentó acuchillar a una agente de la comisaría de Cataluña había confesado unos meses antes ser homosexual y tenía intenciones de suicidarse por tener «vergüenza», ya que pertenecía a la religión musulmán. Así lo declaró su exmujer a la policía durante la investigación.
Según testigos del hecho el hombre ingresó expresando a viva voz «Alá es grande».
«Un hombre armado con cuchillo ha accedido esta mañana a la estación de policía de Cornella con el objetivo de atacar a los oficiales de la Policía. El agresor ha sido derribado. Los hechos sucedieron unos minutos antes de las 6 a.m.» del lunes, reza la publicación en Twitter de los Mossos.
El hombre fue identificado como Abdelouahab Taib, de 29 años y de nacionalidad argelina.
La secuencia del ataque en la comisaría de Cornellà (La Vanguardia)
La exmujer cree que su marido buscaba la muerte para evitar así la vergüenza que supondría para él revelar su orientación sexual al colectivo musulmán. Según ella, el asaltante de la comisaria de Cornellà le había revelado en numerosas ocasiones su intención de suicidarse, reseña el portal La Vanguardia.
La esposa sospechaba que el asalto a la comisaría era un intento de suicidio, emulando un ataque terrorista para tratar de tapar así sus verdaderas razones.
Por su parte, el comisario superior de los Mossos d’Esquadra, cuerpo de seguridad de Cataluña, Rafel Comes, informó que el ataque está siendo investigado como terrorista.
«Este hecho de extrema gravedad tenía la clara intención de matar a algún agente con un cuchillo de dimensiones considerables», explicó el comisario Comes.
Sin embargo, los familiares en Argelia y Francia del hombre demandarán “la actuación de la mossa porque no es justificable ante un hombre armado solo con un cuchillo”.
David Martínez, el abogado de la familiam negó que Abdelouahab Taib fuera un terrorista yihadista. “Era un musulmán, un buen musulmán que pasaba un mal momento emocional”, puntualizó.
Agregó que Luciana y Taib decidieron separarse hace dos meses y el martes pasado firmaron el divorcio de mutuo acuerdo y de manera «amistosa».
Agregó también que Luciana le había dando a su exmarido un plazo de un mes para que buscara un nuevo alojamiento.
Cuando la mujer le manifestó su voluntad firme de divorciarse, le ordenó que abandonara el domicilio conyugal antes de que regresaran las dos hijas adolescentes que ella tenía de un matrimonio anterior.
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