Una propuesta basada en la calificación del agua “como bien básico de primera necesidad que, como tal, debe estar a disposición de los consumidores”, tiene enfrentados a clientes y hosteleros en España.
La campaña #PideJarraDeAgua está teniendo especial repercusión en Madrid, donde la calidad del agua es óptima, siendo el propio ayuntamiento que se ha comprometido -con los votos de Ahora Madrid, PSOE y Ciudadanos- a asumir con carácter permanente una serie de principios para promover el uso del agua del grifo, destacó un informe del diario La Vanguardia.
Según figura en la moción impulsada por los socialistas, “no se puede privar de un derecho básico como el agua a ninguna persona por un afán mercantilista y una política basada exclusivamente en obtener más beneficios. El agua no es un producto de mercado y su destino último no puede ser obtener beneficios”.
Desde el PSOE se insiste, además, en que “el agua debe ser distribuida con las mayores garantías de salubridad y abundancia, evitando la sobreexplotación, el uso excesivo e inadecuado de este recurso y la transformación del suministro de agua potable en una actividad especulativa, en la que predomine la práctica económica por encima del abastecimiento equitativo y en condiciones de igualdad de accesibilidad al conjunto de la población.
La campaña no entusiasma al sector hostelero. “Parece que queremos matar de sed a nuestros clientes. No es así. Jamás le he negado un vaso de agua en 27 años que llevo en la profesión. Y tampoco ninguno de los compañeros que he tenido en ese tiempo”, afirmó a La Vanguardia Sergio, camarero de un restaurante de la zona Recoletos.
“Otra cosa es que se lo ofrezcamos de manera sistemática a todo el mundo. Eso sí que impactaría en el negocio porque el del agua, como el pan o cualquier otro producto de la carta, es un servicio por el que fijamos un precio y por el que obtenemos un margen de beneficio con el que sufragamos otros gastos que no se cobran directamente a los clientes.”
“No es el caso habitual, ni mucho menos, pero qué pasaría si viniera un grupo de 6 personas a ocupar media terraza pidiendo un café y dos jarras de agua. ¿Les niego la posibilidad de sentarse porque la comanda va a ser deficitaria para el comercio? ¿O les cobro agua embotellada para garantizar una consumición mínima?”, insiste.
En España se consumen anualmente 3.000 millones de envases de agua, el 99,5% del agua corriente en ese país es de muy buena calidad, han revelado estudios.
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