Uber y Cabify dejaron a España sin taxis. Las organizaciones tradicionales de taxistas reclaman al gobierno de Pedro Sánchez algunas limitantes y regulaciones para las empresas no convencionales de alquiler de vehículos con conductor, conocidas en la nación ibérica como VTC.
Este lunes, los representantes de Fedetaxi, Antaxi y Élitetaxi, consideraron «insuficientes y escasas las medidas planteadas por el Ejecutivo para limitar a las empresas VTC». De esta manera, la huelga se extiende en España.
Otro de los planteamientos de las organizaciones es que el Estado delegue en las comunidades autónomas las regulaciones del sector, con la finalidad de atender cada particularidad. En ciudades como Barcelona, las propias autoridades nacionales dejaron sin efecto una normativa emitida por la alcaldesa Ada Colau que establecía limitantes a las empresas de formato Uber.
Las movilizaciones de taxistas acompañan la huelga y se extienden por toda la geografía española: a Barcelona se sumaron Madrid, Valencia, Bilbao, Palma de Mallorca, Zaragoza, Granada, Guadalajara, Murcia, Logroño y Santander, entre otros núcleos, mientras que en Andalucía habrá paros en prácticamente todos los núcleos importantes.
Al cierre
Al caer la noche, según la hora local española, el Ministerio de Fomento se manifestó abierto a que los ayuntamientos tengan competencia para articular y conceder licencias urbanas a las empresas VTC, un instrumento con el que podrían limitar la expansión de estas empresas en relación con el taxi. Esta podría ser una de las llaves que cierre la puerta a la huelga.
Por su parte, desde la patronal de VTC, Unauto, en voz de su presidente, Eduardo Martín, se ha pedido al Gobierno que “no ceda a los chantajes” del “monopolio del taxi” y que les garantice la seguridad. Cabify denunció los destrozos en más de un centenar de coches e impactos de bala del calibre 22 en varios vehículos.