Las consecuencias del ataque con drones perpetrado por Estados Unidos que acabó con la vida del general iraní Qasem Soleimani han puesto en aprietos la presencia de las tropas norteamericanas en Irak.
Este viernes Bagdad pidió oficialmente a Washington que retire sus tropas, y pese al riesgo de ser vista como una fuerza ocupante la Casa Blanca se niega.
El Parlamento iraquí celebró una sesión extraordinaria el pasado domingo en la que se aprobó una resolución para pedirle al primer ministro, Adel Abdul-Mahdi, que rescinda la invitación emitida en el 2014 a Estados Unidos de volver para ayudarles a combatir al Estado Islámico.
Ante la decisión de expulsar a los soldados estadounidenses del territorio, el presidente norteamericano, Donald Trump, reaccionó amenazando con imponer a Irak «sanciones como nunca antes han visto» de concretarse una retirada forzada de los militares.
A pesar de estas amenazas, Abdul-Mahdi, en funciones desde noviembre, sostuvo una llamada telefónica con el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, para solicitarle que envíen una delegación a Bagdad para planificar “una salida segura de las tropas”.
Sin embargo, el gobierno norteamericano reiteró que no contempla la «retirada» de sus tropas de Irak.
“En estos momentos, cualquier delegación que vaya a Irak lo haría para hablar sobre cómo reafirmar nuestra colaboración estratégica, no de la retirada de las tropas, respondió Pompeo en un comunicado.
“América es una fuerza de bien en Oriente Medio”, insistió el secretario de Estado en un comunicado publicado en su cuenta en Twitter por la portavoz Morgan Ortagus.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos indicó, asimismo, que se reuniría el
viernes en Washington con una delegación de la OTAN para discutir el
«creciente papel» de la alianza atlántica en Irak.
«Tiene que haber, sin embargo, una conversación entre los Gobiernos estadounidense e iraquí no solo sobre seguridad, también sobre nuestra colaboración financiera, económica y diplomática. Queremos ser un amigo y socio de un Irak soberano, próspero y estable», sostuvo.
Estados Unidos tiene entre 5.000 y 6.000 militares en Irak, según distintas estimaciones.
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