La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley ha comentado un reciente tuit del presidente de EE.UU., Donald Trump, que anunciaba el recorte de fondos para la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés). En su mensaje, Trump reprendió a los palestinos por no mostrar suficiente «aprecio o respeto» hacia EE.UU.
«El presidente básicamente ha dicho que no quiere dar ningún financiamiento adicional, o va a dejar de financiar [a la UNRWA], hasta que los palestinos acepten volver a la mesa de negociaciones», explicó la diplomática estadounidense las intenciones de Trump.
«Estamos tratando de avanzar hacia el proceso de paz, pero si eso no sucede, el presidente no continuará financiando esta situación», aseguró Haley este martes en Nueva York. Hasta el momento, la UNRWA ha recibido más de 5.000 millones de dólares estadounidenses desde 1994.
Además, Haley criticó las numerosas voces en la ONU que se oponen a la visión de Washington del proceso de paz palestino-israelí, que ha desencadenado una violencia mortal en los territorios palestinos ocupados.
«Seguimos firmemente queriendo tener un proceso de paz, nada ha cambiado con eso. Los palestinos tienen que demostrar ahora al mundo que quieren venir a la mesa [de negociaciones]», dijo Haley.
«No quieren negociar, pero piden ayuda. A partir de ahora, no vamos a darles la ayuda, vamos a asegurarnos de que regresen a la mesa de negociaciones y queremos avanzar en el proceso de paz», sostuvo la diplomática.
Respuesta de Palestina
Por su parte, Hanan Ashrawi, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, ha declarado que no sucumbirán al «chantaje» del presidente Trump, informa AFP.
«No cederemos ante el chantaje. Él [Donald Trump] se atreve a culpar a los palestinos por las consecuencias de sus acciones irresponsables», afirmó la funcionaria al comentar la amenaza del presidente de EE.UU. de cortar la ayuda financiera a la UNRWA.
Asimismo, desde la oficina de Mahmud Abbás, el presidente de Palestina, declararon que Jerusalén «no está en venta» después de que Trump amenazara con recortar al país árabe una ayuda anual de más de 300 millones de dólares con el objetivo de obligar a los palestinos a sentarse en la mesa de negociaciones.
El estatus de Jerusalén
El estatus de Jerusalén es uno de los puntos más delicados del conflicto entre israelíes y palestinos. La comunidad internacional respetaba un consenso según el cual su estatus definitivo debía ser fijado en negociaciones de paz entre las dos partes, pero este acuerdo se rompió con la decisión unilateral de Trump de reconocer Jerusalén como capital de Israel.
Israel reclama la totalidad de Jerusalén como su capital «eterna e indivisible», mientras que Palestina quiere que Jerusalén Oriental, ocupada por los israelíes desde 1967, sea la capital de su futuro Estado.
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