Días después que Donald Trump presentara la nueva Estrategia de Seguridad del país, orientada a combatir la influencia de Rusia y China en el mundo, el Departamento de Estado lanzó una nueva provocación al gobierno de Vladimir Putin. El anuncio de venta de armas a Ucrania, país fronterizo con Rusia que atraviesa un grave conflicto interno, pone en riesgo el proceso de paz iniciado entre Kiev y los rebeldes del este de país, que hablan mayoritariamente el ruso.
Washington justificó la decisión en la necesidad de defender la “integridad territorial” de Ucrania y afirmó que el armamento que será enviado al país es “defensivo”. “Ucrania es un país soberano y tiene derecho a defenderse”, declaró la vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert.
Ante esto, la Cancillería de Rusia respondió que el envío de armas es contraproducente y promueve el enfrentamiento militar entre las partes en conflicto, cuando lo que se necesita es una solución negociada.
Rusia firmó en 2015 una serie de acuerdos con Ucrania para distender la situación interna del país, que estalló tras el golpe de Estado de 2014.
Fuente: América XXI