El gobierno de Donald Trump ha separado a 1.090 niños desde que la justicia ordenó detener la práctica en junio de 2018.
El número de niños separados de sus familias en la frontera entre Estados Unidos y México contabiliza más de 5.400 bajo la administración de Donald Trump, según la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).
La política de separación de familias inmigrantes en los Estados Unidos consiste en un conjunto de centros de detención para infantes que ha implementado el gobierno de Donald Trump como medida de contención a la migración ilegal, en donde son separados los hijos de inmigrantes que son capturados a su llegada a Estados Unidos de América.
En abril de 2018, el Fiscal general de los Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció la implementación inmediata de una «política de cero tolerancia» ante cualquier ingreso ilegal al territorio de Estados Unidos, esto incluye la separación de las familias si es que durante su cruce ilegal son acompañadas por infantes.
Tras la detención de inmigrantes por la patrulla fronteriza, son detenidos por 72 horas. Posterior a ello, los adultos son acusados y separados de los infantes, quienes son enviados a diversos centros de detención en el país.
Aunque se han presentado caso que han conmocionado la opinión pública, Steven Wagner, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, asegura que cuentan con instalaciones especializadas que se dedican a brindar atención a los niños con necesidades especiales y en tierna edad.
Sin embargo, medios como Associated Press identificó centros de detención en donde los infantes son colocados dentro de jaulas ubicadas en almacenes con lonas metálicas para cubrirse y las condiciones que reportan sobre los niños incluyen estrés, desorientación, histeria y trauma por la separación forzada de sus padres sin un proceso de explicación.
Con fuertes críticas al Gobierno, activistas y legisladores que defienden a los inmigrantes rechazan la política de «cero tolerancia», que afecta a miles de inmigrantes, principalmente centroamericanos, por la separación familiar.
El presidente Trump firmó una orden ejecutiva ordenó poner fin a su política de tolerancia cero el 20 de junio del año pasado, pero todavía quedan casos remanentes afectados.
Recientemente, el gobierno de Trump admitió haber separado a otros 1,500 niños de sus padres en la frontera bajo su política de separación familiar de «tolerancia cero».
«Es impactante que 1.556 familias más, incluidos bebés y niños pequeños, se unan a las miles de otras que ya están destrozadas por esta política inhumana e ilegal«, dijo en un comunicado Lee Gelernt, el abogado principal en la demanda de separación familiar y subdirector de los Derechos de los Inmigrantes de la ACLU Proyecto.
Un asunto delicado
Quienes llevan estos casos aseguran que las familias han sufrido enormemente y “algunas nunca se recuperarán, pues la gravedad de esta situación no puede ser exagerada».
A principios de 2019 el gobierno había identificado a 2.814 niños que estaban separados de sus familias, y casi todos esos niños se habían reunido desde entonces.
Sin embargo, según NBC, la administración Trump también ha visto a 1.090 niños adicionales separados de sus familias a raíz de la política de «tolerancia cero». Esos niños habrían sido separados debido a circunstancias excepcionales, incluidos los casos en que exista preocupación por una amenaza a la seguridad del niño o donde las autoridades sospechen que la familia es «fraudulenta».
Bajo la presión de algunas organizaciones, la administración Trump tenía hasta esta semana como fecha límite para presentar cifras reales. Los funcionarios proporcionaron el total de 1.556 solo un día antes de la fecha de vencimiento.
A principios de esta semana, la ex secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien supervisó la ejecución por parte del DHS de la política de «tolerancia cero» de la administración Trump, admitió que la coordinación del gobierno para hacer cumplir la regla había sido «insuficiente».
Hablan las Cifras
De acuerdo con el reporte de la ACLU, durante el último año, más de doscientos de los niños separados tenían menos de 5 años.
En concreto, 207 tenían menos de 5 años, detalla el abogado Gelernt, que está litigando para tratar de detener estas separaciones de los núcleos familiares.
Según él, cinco de estos niños detenidos tenían menos de un año, 26 tenían un año, 40 tenían 2 años, 76 tenían 3 y 60 tenían 4.
Si bien el Gobierno de Trump dijo que empleaba sistemas de seguimiento de estos menores inadecuados, es evidente que la administración norteamericana carece de sistemas de seguimiento eficaces cuando la administración lanzó formalmente una “tolerancia cero”.
Cumplir las órdenes judiciales de reunir a los menores con sus padres es una tarea realmente complicada para las familias separadas durante este periodo, por lo que la ACLU lidera un equipo de voluntarios que trabaja sobre el terreno para lograr encontrar y reunir a estas familias, yendo puerta a puerta en países como Guatemala y Honduras.
Además, la administración también ha separado a 1.090 niños desde que el juez ordenó detener la práctica en junio de 2018, excepto en circunstancias limitadas, como amenazas a la seguridad infantil o dudas sobre si el adulto es realmente el padre.
Desde que se retiró la separación familiar, la administración Trump ha intentado otras formas de revertir el gran aumento de solicitantes de asilo, muchas de ellas familias centroamericanas.
Según reseña La Vanguardia, el mes pasado la administración introdujo una política para denegar el asilo a cualquier persona que pase por otro país camino a la frontera de los Estados Unidos con México sin buscar protección allí primero.
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