El director del CIA y candidato a Secretario de Estado, Mike Pompeo, realizó una visita secreta a Corea del Norte durante Semana Santa y se reunió con el líder norcoreano, Kim Jong un, dijo el martes un funcionario estadounidense de alto rango.
Las conversaciones, adelantadas por The Washington Post, tuvieron como objetivo preparar el espinoso cara a cara que el Líder Supremo de Corea del Norte tiene previsto mantener con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para tratar la desnuclearización del país asiático.
El envío a tierra hostil de uno de los hombres fuertes de la Casa Blanca y futuro secretario de Estado muestra que la preparación de la cumbre va por buen camino. El propio Trump recordó este martes que, si nada se tuerce, la reunión se celebrará a principios de junio y que hay cinco ubicaciones en liza. Ninguna en Estados Unidos. “Hemos tenido conversaciones directas a niveles muy altos con Corea del Norte”, dijo el presidente sin mencionar a Pompeo.
El cara a cara marcará una divisoria en el conflicto coreano. Nunca los presidentes de ambos países se han reunido. El viaje de Pompeo lo convirtió en el funcionario estadounidense de mayor rango que ha visitado Corea del Norte desde el 2014, cuando el entonces jefe de inteligencia James Clapper fue al país asiático.
El encuentro de más alto nivel antes de la visita de Clapper se registró en 2000 cuando la entonces secretaria de Estado, Madeleine Albright, se vio con El Amado Líder, Kim Jong-il (1942-2011), hijo del Gran Líder, Kim Il-sung (1912-1994) y padre del actual mandatario.
Esta vez, además, el desafío ha llegado más lejos que nunca. Tras heredar el poder en 2011, Kim Jong-un retomó la carrera armamentística iniciada por su padre, y la ha acelerado hasta lograr la bomba de hidrógeno y misiles con capacidad para alcanzar territorio estadounidense.
Ha sido un pulso frenético que ha venido acompañado de una sobrecogedora escalada de tensión con Washington. No sólo ambos líderes se insultaron y amenazaron, sino que la diplomacia norteamericana estableció un férreo cerco sobre Pyongyang. Las sanciones y condenas en el Consejo de Seguridad de la ONU se multiplicaron y, en un giro histórico, EE UU logró el apoyo de China, que absorbe el 90% de las exportaciones norcoreanas.
Las conversaciones de Pompeo fortalecieron la opinión del presidente Donald Trump de que es posible tener negociaciones productivas con Corea del Norte, aunque no están garantizadas, según el funcionario informado sobre el viaje, que habló bajo condición de anonimato, reportó el Post.