Aunque con un mes en la Casa Blanca es aún demasiado pronto para hablar de una “doctrina Biden”, pero el mandatario revirtió la doctrina “Estados Unidos Primero” de su antecesor Donald Trump, que lo enfrentó con líderes aliados.
En su primer discurso internacional, Biden prometió este viernes en la conferencia de seguridad de Munich que caminaría “de la mano de (sus) aliados y socios», reseñó AFP.
“Permítanme disipar las dudas, si es que queda alguna. Estados Unidos trabajará en estrecha colaboración con nuestros socios de la Unión Europea (UE)», dijo.
Biden, cuyas prioridades -luchar contra el Covid-19 y el cambio climático- requieren colaboración mundial, ya ha hecho retornar a Estados Unidos al acuerdo contra el cambio climático de París y detuvo la ruptura de Washington con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Departamento de Estado, en tanto, respaldó una propuesta de la UE para mantener una reunión informal en presencia de Irán destinada a salvar lo que resta del acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear de Teherán.
Ttras el golpe de Estado en Birmania, el secretario de Estado Antony Blinken buscó formar un frente común con socios como India y Japón, que tienen de una relación más cercana con el país de la que tiene Estados Unidos.
En un mes Biden también abandonó un proyecto de Trump de retirar tropas estadounidenses de Alemania, calmó los ánimos que encendió su antecesor con un proyecto de ley para que Corea del Sur pague por los soldados estadounidenses allí estacionados y se abrió a dialogar con sus aliados Tokio y Seúl en búsqueda de opciones para abordar el conflicto con Corea del Norte.
Sin embargo, ante situaciones de enfrentamiento, como la creciente influencia china sus políticas no difieren demasiado de las de Trump.
“La principal crítica del presidente Biden a la estrategia de Trump no fue que atacara a China comercialmente, sino que lo hiciera en solitario, mientras también atacaba a nuestros aliados y socios“, explicó un funcionario estadounidense tras una llamada telefónica de Biden a su homólogo chino, Xi Jinping.
Por el contrario, Biden se alejó simbólicamente de varios aliados cercanos a Trump cuyos objetivos difieren de los de su gobierno, como es el caso de los líderes de Israel, Arabia Saudita y Turquía.
Ya el gobierno de Barack Obama, del cual Biden era el vicepresidente, daba gran importancia a las alianzas.
Aunque Obama era muy popular entre los europeos, eso no le impidió mostrar desacuerdos con aliados sobre comercio, impuestos, presupuestos de defensa o las guerras en Libia y Siria.