Corea del Norte conmemoró este jueves el 70.º aniversario de la creación de sus Fuerzas Armadas con un desfile militar que ha suscitado polémica por haberse celebrado un día antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang, en Corea del Sur.
La llegada a territorio surcoreano del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que acaba de anunciar «nuevas sanciones» contra Pionyang, coincidió con el desfile, en el marco del cual el mandatario de Corea del Norte pidió a su pueblo que no permita a Estados Unidos que «infrinja la sagrada autonomía y dignidad de la República, siquiera un 0,0001 milimetro», según la agencia AP.
Aunque fue más corto y limitado de lo esperado, el desfile permite a Corea del Norte mostrar al mundo que no cede ante las presiones de Washington, escribe la agencia.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, definió a su nación como «un poder militar de talla mundial» y proclamó que «mientras se mantenga la política hostil de EE.UU.», el Ejército Popular mantendrá su papel de «poderosa espada» en defensa del país, rescata RT en español.
Acercamiento de Corea del Norte con Corea del Sur
Pese a la demostración de fuerza de este jueves, Corea del Norte también hace guiños diplomáticos a su vecino del sur, como lo demuestra la asistencia de la hermana del mandatario norcoreano, Kim Yo Jong, a la inauguración este viernes los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang, donde mantendrá un encuentro con el presidente surcoreano, Moon Jae-in.
En su mensaje de fin de año Kim Jong-un manifestó su deseo de emprender un diálogo directo con Seúl, lo que renovó la esperanzas de una posible reunificación.