El presidente estadounidense Donald Trump es un ferviente simpatizante de la práctica de la pena de muerte para traficantes que se aplica en la ciudad-Estado de Singapur, informa Axios.
Según fuentes allegadas al mandatario, este ha venido barajando impulsar políticas similares en EE.UU. porque está convencido de que el bajo consumo de drogas en el país asiático se debe a sus drásticas prácticas.
«Lo dice mucho», afirmó una fuente que conversa de manera frecuente con Trump sobre este tema, señala RT en español.
Según esta persona, Trump le dijo literalmente: «Cuando le pregunté al primer ministro de Singapur si tenían un problema con las drogas, [respondió] ‘No. Pena de muerte'».
De acuerdo a cinco fuentes que hablaron con el presidente sobre el mismo tema, Trump a menudo se apasiona comparando a los narcotraficantes con los asesinos en serie y afirma que todos deberían ser condenados a muerte.
Además, Trump se muestra incrédulo ante la posibilidad de aplicar medidas legales menos contundentes. De acuerdo a las citadas fuentes, el inquilino de la Casa Blanca asegura en privado que le encantaría que en el país hubiese una ley que permitiera ejecutar a todos los narcotraficantes.
No obstante, también en privado admite que sería casi imposible su aprobación.
La máxima consejera presidencial en la lucha contra las drogas, Kellyanne Conway, sostiene que la postura de Trump tiene matices, ya que el presidente se refiere a delincuentes que trafican con grandes cantidades de narcóticos y matan a miles de personas.