La guerra comercial que ha declarado Estados Unidos (EE:UU) sobre los aranceles impuestos al acero, aluminio y otras importaciones podrían tener «un grave impacto» en las alianzas y el comercio global.
Este tema fue abordado durante este fin de semana por los ministros de finanzas del G7 en Canadá. El ministro japonés, Yoshihide Suga, rechazó categóricamente la medida de Donald Trump.
«Es extremadamente deplorable que la situación no haya mejorado incluso después de que Japón explicó a Estados Unidos sus preocupaciones en varios niveles«, dijo el portavoz de gobierno citado por la agencia AFP.
La relación entre Tokio y Washington se ha visto afectada por los recientes desacuerdos en comercio después de que EE.UU. negara a Japón una exención arancelaria, que entró en vigor el viernes.
Pues el pasado viernes el pasado viernes entró en vigor en el país norteamericano impuestos del 25% a la importación de acero y del 10 % a la de aluminio, decretados por el gobierno de Trump en marzo pasado.
«Nos preocupa que las medidas comerciales del Gobierno estadounidense, que cita [razones de] seguridad, puedan perturbar el mercado global (…) el sistema comercial multilateral de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la cooperación económica entre los aliados Japón y EE.UU.», manifestó Suga.
«Además de eso, creemos que puede tener un grave impacto en la cooperación económica entre los aliados de Japón y Estados Unidos y, en general, en el sistema de comercio multilateral bajo las reglas de la OMC (Organización Mundial de Comercio)», resaltó el portavoz.
Canadá presentó su queja ante la OMC al considerar como «ilegal» la imposición de las tarifas arancelarias.
Por su parte, la Unión Europea anunció la introducción de aranceles a importaciones provenientes de EE.UU. en respuesta a los establecidos por Washington.
La disputa comercial ha sorprendido la relación entre el primer ministro Shinzo Abe y el presidente estadounidense Donald Trump, quienes habían forjado lazos estrechos.
El mes pasado, Japón informó a la OMC que está dispuesto a tomar medidas de represalia tras la decisión de Estados Unidos y consideraba que tiene «el derecho» a aplicar impuestos aduaneros a las mercancías estadounidenses por un monto de 50.000 millones de yenes (unos 340 millones de dólares) lo que equivale al impacto de los aranceles aprobados por la administración estadounidense.
La Unión Europea, Canadá y México, que proveen cerca de la mitad del metal importado por Estados Unidos, habían obtenido antes exenciones temporales a estos aranceles, anunciados a finales de marzo, mientras el gobierno de Trump buscaba ejercer presión y obtener concesiones en otros frentes.
Esta medida causó respuesta inmediata de los aliados comerciales, que, además, planean aumentar sus impuestos a una lista de productos estadounidenses así como también aplicarlo a empresas norteamericanas que usan acero y aluminio, las cuales verían sus costos incrementarse como resultado de la medida.
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