Nuevas leyes en Texas podrían afectar el voto de 500 mil personas

Nuevas normas electorales en varios estados exigen mayores requisitos de identificación y pruebas de ciudadanía que perjudicarán especialmente a los pobres y a las minorías


Autor: Patricio Zamorano

 

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Crédito foto: Richard Schatzberger, https://www.flickr.com/people/schatz/

 

Las nuevas leyes electorales aprobadas recientemente en Texas podrían dejar sin la posibilidad de votar a medio millón de personas, pese a estar registrados. Texas no es el único caso: son 5 los estados que han creado nuevos requerimientos para que los ciudadanos puedan votar.

No es muy conocido fuera de Estados Unidos, pero el país no tiene un sistema federal y centralizado de identificación de sus habitantes. Hay documentos similares, como por ejemplo la tarjeta del número de seguro social, que es un simple pedazo de papel sin foto ni ninguna muestra biométrica. O los pasaportes, que lo poseen solo un porcentaje minoritario de la población.

Debido a esto, los estados en general han sido históricamente flexibles a la hora de procesar los votos de los ciudadanos, lo que provoca tanto un estímulo al sufragio como menos filtros para posibles delitos electorales.

La flexibilidad de poder votar en Estados Unidos es lo que hace a las medidas de Texas polémicas, pese a que en el papel las nuevas leyes buscan garantizar que voten quienes tienen derecho a hacerlo, y poder disminuir el fraude. Muchos grupos de defensa de los derechos democráticos califican estas medidas, no obstante, como una forma encubierta de disminuir la influencia electoral de las minorías y las personas de menos ingresos, que poseen un acceso más complicado a identificaciones formales con foto, emitidas por el gobierno de Texas o el gobierno federal.

Una situación similar a la de Texas la tendrán también Alabama, Georgia, Tennessee y Virginia, todos estados del sur, identificados con la antigua zona esclavista y donde los derechos de las minorías fueron muchas veces vulnerados antes del movimiento por los derechos civiles.

Sobre la base de todos los documentos permitidos por Texas para votar, o por los requerimientos para registrarse (muchas oficinas encargadas de esos trámites están muy alejadas unas de otras), se calcula que medio millón de personas quedarán fuera, pese a ser ciudadanos con derecho a sufragio.

Todo comenzó con una normativa aprobada por la Corte Suprema en 2014, que autorizó los nuevos requerimientos de identificación de Texas, debilitando el “Voting Rigths Act” (ley federal de derechos electorales). Ese precedente permitió que otros estados del sur de EEUU aprobaran medidas similares.

Muchos de los que podrían ver limitado su acceso al voto son parte de minorías pobres, especialmente afro-estadounidenses, que a su vez representan parte del apoyo que el Partido Demócrata tiene en los estados del sur. Por ese motivo, los grupos progresistas de defensa del voto califican las nuevas leyes de Texas como una maniobra política para afectar el apoyo a los candidatos demócratas, y no como una forma de prevención de fraude, como se intenta justificar. La campaña de Hillary Clinton, por ejemplo, ha estado presentando demandas legales en varios estados del sur para proteger los derechos electorales debilitados por la decisión de la Corte Suprema.

En contexto…

Texas ha venido intentando modificar sus leyes electorales desde hace años. Producto de la discriminación racial del siglo pasado, Texas fue parte de los estados a los que se les prohibía modificar sus leyes electorales sin que tuvieran autorización del gobierno federal (Sección 5 del Voting Rights Act). El gobierno del estado tejano demandó ante las cortes al Departamento de Justicia, sin éxito, hasta que lograron que la Corte Suprema votara a su favor en 2014, eliminando el control del gobierno federal.

La estrategia de Texas concuerda con otros estados del sur, sobre quienes existía la presión legal de mantener leyes que no provocaran ningún tipo de discriminación. Esos estados han inmediatamente puesto manos a la obra una vez libres del control del gobierno federal. Georgia, por ejemplo, disminuyó significativamente el periodo para el voto adelantado, de 45 días a 21, y eliminó la posibilidad de votar el fin de semana anterior al día de la elección. Y otros estados piden hasta el certificado de nacimiento para registrarse, entre ellos Alabama, Georgia, Arizona y Kansas. Estudios académicos de la Universidad de California de San Diego descubrieron que entre 2008 y 2012, la cantidad de personas pertenecientes a grupos minoritarios sufrió una caída en los índices de voto. El efecto tejano está por verse, y basado en estos estudios, sin duda influenciarán los resultados de estas primarias y de las elecciones de noviembre.


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