Los activistas de Derechos Humanos temen que la retirada de EE. UU. afecte los fondos del Consejo, dado que Washington hace aportaciones para que sus mecanismos de investigación y supervisión en el mundo puedan operar.
Esta sería una de las razones de insistencia del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, para que el país norteamericano permanezca en el organismo internacional.
«Prefiero que Estados Unidos permanezca en la Unesco y en el Consejo de Derechos Humanos… Son instituciones que funcionan bien cuando todos participan en su trabajo y haré todo para lograrlo», dijo Guterres.
El jefe de la ONU hizo estas declaraciones durante su intervención en el Club Internacional de Debates Valdái.
Washington anunció el pasado martes la retirada de EE. UU. del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, alegando que otras naciones se habían negado a sumarse a su intento de reformar este organismo «hipócrita», que incluye a países acusados de violaciones de los derechos humanos como China, Cuba, Venezuela y la República Democrática del Congo.
La representante permanente de EE. UU. ante la ONU, Nikki Haley, afirmó que el Consejo está irremediablemente sesgado en contra de Israel y que el retiro de Washington es el único paso coherente «respecto de un órgano que no merece el nombre que lleva».
Tanto el secretario general de esta organización, como miembros del Consejo de DD.HH., entre ellos Rusia, el Reino Unido, Alemania, Suiza, y además la Unión Europea lamentaron la decisión de Estados Unidos.
En cuanto a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Washington informó que hasta en octubre de 2017, se contemplaba ha abandonar ese organismo.
Sin embargo, El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, felicitó y agradeció a la Administración de Donald Trump por el anuncio.
«Durante años, el Consejo ha demostrado ser una organización sesgada, hostil y antiisraelí que ha traicionado su misión de proteger los derechos humanos» dijo sin asumir la responsabilidad de la masacre israelí contra los palestinos en la Franja de Gaza.