Estados Unidos ya tiene más de 100.000 casos confirmados del COVID-19, y se se convirtió en el país con mayor número de contagiados.
Unas 1.500 personas han fallecido hasta ahora en la nación norteamericana y de acuerdo con la distribución de casos en el país, el mayor foco de personas contagiadas por el nuevo coronavirus está, por lejos, en Nueva York, donde se registran casi la mitad de los casos (45.000) y 500 muertes , según el conteo de referencia realizado por la Universidad John Hopkins.
El gobernador de este estado, Andrew Cuomo, predice un pico de infectados en aproximadamente 21 días, alrededor del 17 de abril.
Siguen a Nueva York el vecino Nueva Jersey, luego los estados de la costa oeste California y Washington, y después los de Michigan e Illinois en el Medio Oeste, con grupos concentrados en las principales ciudades.
Esta situación ha derivado en el desborde del sistema hospitalario, y llena de temor a los estadounidenses.
¿Cómo se ha llegado hasta este punto? es la pregunta que los analistas se hacen.
Los expertos en salud pública plantean que si bien aún no se ha alcanzado el pico del brote, hay varias razones por las cuales la COVID-19 se ha extendido tanto en Estados Unidos.
Una de ellas es que cuando comenzaron a registrarse los casos, el presidente de esa nación Donald Trump minimizó la gravedad de la situación , al afirmar que la propagación sostenida en la comunidad no era «inevitable», incluso después de que un alto funcionario de salud sostuviera lo contrario.
A medida que la pandemia comenzó a expandirse, primero en los estados de la costa oeste de Washington y California,» el país no estuvo en condiciones de realizar un rastreo significativo de casos porque las pruebas eran muy lentas», reseñó la agencia AFP.
El gobierno de Trump se negó a relajar los obstáculos regulatorios que habrían permitido a los departamentos de salud estatales y locales desarrollar sus propios kits de prueba basados en las pautas proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud, y las primeras muestras se enviaron a la sede de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Atlanta.
El CDC remitió kits de prueba defectuosos a los estados, lo que profundizó el retraso. El 29 de febrero, fecha de la primera muerte por el nuevo coronavirus en Estados Unidos y más de un mes después del primer caso confirmado, la Casa Blanca accedió a levantar esa prohibición, mientras que el sector privado se sumó más tarde.
«Si hubiéramos podido hacer un seguimiento de los contactos de los contaminados, podríamos haber encontrado muchos más casos rápidamente y cerrar los puntos críticos», denunció a la AFP Gabor Kelen, director de medicina de emergencia de la Universidad Johns Hopkins.
Los estados o áreas que aún no han experimentado aumentos en la curva de contagios no deberían relajarse, alertó Thomas Tsai, cirujano general y profesor de política de salud en Harvard.
«Estados Unidos no es un monolito, hay 50 estados diferentes con diferentes respuestas gubernamentales de los gobernadores y los departamentos estatales de salud pública», dijo citado por AFP.
«Creo que lo que se necesita es un esfuerzo verdaderamente coordinado a nivel nacional», señaló, advirtiendo que continuar con una «respuesta irregular» en los movimientos de las personas llevaría a otros estados a escenarios similares al casos de Nueva York.
Hasta ahora, la tasa de mortalidad de los pacientes de coronavirus se ha mantenido en 1,5%. Sin embargo, algunos científicos plantean que podría aumentar.
«La baja CFR (tasa de letalidad) no es tranquilizadora (…) se elevará porque le toma tiempo a la gente morir. Mi mejor conjetura es que Estados Unidos está en la cúspide de un brote absolutamente desastroso«, advirtió David Fisman, epidemiólogo de la Universidad de Toronto, citado por AFP.
Los científicos Facultad de Medicina de la Universidad de Washington consideran que el pico del brote puede llegar a mediados de abril. El número de muertes seguiría aumentando, pero luego se estabilizaría en unos 80.000 en julio, estiman.
Actualmente, un 40% de la población estadounidense están bajo órdenes de confinamiento, pero los expertos coinciden en que se requiere con urgencia medidas de distanciamiento social en todo el país para tratar de «aplanar la curva», disminuyendo la tasa de infección para que los hospitales no se desborden, como es el caso de Nueva York.
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