El número de personas que pidieron por primera vez un subsidio por desempleo en Estados Unidos subió esta semana a 885.000, una cifra que indica que siguen los despidos ante el avance del covid-19 y que pone presión al Congreso para lanzar un nuevo plan de alivio, publicó AFP.
«En la semana finalizada el 12 de diciembre, las cifras ajustadas a variaciones estacionales llegaron a 885.000, un aumento de 23.000 con respecto a las cifras de la semana previa, que fueron revisadas», indicó este viernes el Departamento de Trabajo.
“Esta es una mala noticia para los analistas que esperaban una caída a 795.000 nuevas demandas”, consideró el reporte de la agencia de noticias.
Según los datos oficiales, señala, ahora el promedio de las últimas cuatro semanas se sitúa en 812.500 nuevas solicitudes de subsidios de desempleo, un aumento de 34.250 con respecto a los datos revisados de la semana anterior.
Las cifras anticipan un crudo invierno para el mercado de empleo muy golpeado por el covid-19, que ha provocado más de 300.000 muertos en Estados Unidos, más que en ningún otro país del mundo.
A pesar de que esta semana comenzó la campaña de vacunación en el país, las cifras diarias de contagios muestran un avance sin control del virus, que amenaza con más restricciones a la actividad, en un periodo crucial para el comercio con las fiestas de final de año.
Farooqi indicó que es probable que la crisis sanitaria se deteriore después de las próximas festividades, lo que se va a traducir en restricciones más amplias de la actividad, cierre de negocios y más pérdida de empleo.
En este contexto, el Congreso está bajo presión para aprobar un nuevo paquete de alivio para las empresas y los trabajadores.
Pese a que demócratas y republicanos han señalado un avance de las negociaciones, todavía hay puntos de fricción para sacar adelante el plan que debería incluir una extensión de las ayudas por desempleo, subsidio para la distribución de la vacuna y asistencia para los pequeños negocios que languidecen ante la crisis.
Los demócratas que controlan la Cámara de Representantes y los republicanos que dominan el Senado no han logrado un consenso sobre la cuantía de un nuevo paquete y hacia donde debe ser dirigida la ayuda, tras haber aprobado a inicios de la pandemia un plan por 2,7 billones de dólares.