La portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Heather Nauert, expresó su preocupación por los «recientes arrestos» de miembros de los Testigos de Jehová en Rusia.
Troubled by recent arrests of #JehovahsWitnesses in #Russia. Russia should release them and all the other 100+ religious prisoners, many held on baseless extremism charges.
— Matthew Miller (@StateDeptSpox) June 24, 2018
La Embajada de Rusia en Estados Unidos reaccionó a las afirmaciones de que hay «presos políticos» que «deberían ser liberados» y destacó el 18 de junio que Moscú «rechaza cualquier intento de interferir» en sus asuntos internos.
«Rusia responde repetidamente y sin ambigüedades a las ‘solicitudes’ propagandísticas de Occidente de liberar a esos u otros sospechosos, acusados o condenados de acuerdo con nuestra legislación por diversos delitos graves», señaló la misión diplomática en su comunicado.
«Luchar por la libertad de conciencia, religión, valores democráticos es una excelente estrategia de propaganda de Washington cuando es necesario justificar las estructuras reconocidas en otros países como extremistas, involucradas en negocios ilegales, que incitan al odio, la enemistad y la organización de comunidades extremistas», destacó la Embajada rusa.
En abril de 2017, el Tribunal Supremo de Rusia reconoció a los Testigos de Jehová como una organización extremista y prohibió sus actividades en el territorio del país. Se concluyó que los Testigos de Jehová incumplen su propio estatuto e infringen la legislación rusa en la lucha contra el extremismo, sobre todo el capítulo III de la Ley Antiterrorista, que define las condiciones de la actividad misionera de grupos religiosos.
Asimismo, se dictaminó que todos los bienes de la organización deberían ser incautados a favor del Estado ruso.
Como resultado, en mayo de 2017, la comisión de EE. UU. sobre Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas inglés) incluyó a Rusia en la lista de países que violan la libertad a la religión.