Tribus indígenas de Dakota del Norte busca garantizar su derecho al voto en las elecciones de medio término del 6 de noviembre en Estados Unidos luego de conocer los nuevos requisitos electorales del estado que exigen a cada votante tener una dirección residencial.
El asunto radica que muchos de los nativos norteamericanos, como tantos otros en el hemisferio, residen en zonas rurales y remotas donde las calles no tienen nombre y las casas no están numeradas, por lo que reciben su correspondencia en un apartado de correo.
En respuesta a ese fallo, Four Directions, una organización que defiende el derecho al voto de los indígenas, está trabajando en alianza con científicos políticos y cartógrafos de Claremont Graduate University en California, para crear mapas de las diferentes reservas de Dakota del Norte que asignen una dirección específica a cada residencia que allí ubica. Los votantes podrían presentarse a sus recintos y simplemente identificar su casa en el mapa antes de proceder a las urnas.
O.J. Semans, codirector de Four Direction y miembro de la tribu Rosebud Sioux, dijo a la revista Pacific Standard que las nuevas regulaciones son parte de un patrón para impedir el voto de comunidades minoritarias.
“Hay vínculos directos entre muchas de las nuevas reglas para poder ejercer el derecho al voto que hemos visto en tiempos recientes”, dijo Semans. “Ya sea que se trate de comunidades indígenas o de personas de color en Georgia, el hilo conector son leyes que aseguran la elección de ciertos candidatos al suprimir el voto de una sección del electorado”.
En Georgia, el candidato republicano a la gobernación y actual secretario de estado, Brian Kemp, quiere bloquear 53,000 registros de votantes, 70 por ciento de los cuales son afroamericanos, aparentemente bajo sospecha de fraude electoral, según informó AP a principios de este mes. Varios grupos de derechos civiles presentaron una demanda para impedir que esto suceda.
La marginalización del voto indígena
Dakota del Norte no tiene registro electoral. Históricamente, los votantes han demostrado su identidad con identificaciones oficiales tales como pasaportes, licencia de conducir, cédulas militares y, en el caso de los indígenas, su identificación tribal. Esta última ya no será aceptada para el acceso a las urnas.
“No nos vamos a rendir”, dijo Semans, quien agregó que la iniciativa para generar direcciones residenciales encaja con lo que las cortes estadounidenses han aceptado en recientes decisiones judiciales. “Sabemos leer las leyes y las utilizaremos para nuestro beneficio”.
Los funcionarios del estado, por su parte, argumentan que las nuevas exigencias no impiden que los indígenas voten porque hay mecanismos para resolver el problema de la falta de dirección residencial.
Uno de ellos es llamar a un número telefónico establecido por el estado para iniciar el proceso. Esto se confirmaría mediante el recibo de una carta, que el votante a su vez utilizaría para que se le asigne una identificación estatal con dirección residencial.
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