A finales del año pasado, Brasil empezó a atravesar una época muy difícil. La extrema derecha ganó las elecciones, lo cual afectará a las comunidades sociales más débiles, a la economía del país y al sistema político brasileño.
El día después de las elecciones, el 7 de octubre de 2018, Brasil despertó siendo un país diferente. Jair Bolsonaro, antiguo capitán del ejército, fue elegido presidente del país más grande de Latinoamérica con el 55% de los votos. Fue una sorprendente victoria sobre su rival Fernando Haddad, quien representaba al PT (Partido de los Trabajadores). La diferencia entre los dos candidatos fue de 11 millones de votos, no muchos considerando que Brasil tiene doscientos millones de habitantes.
El partido de Bolsonaro, Partido Social Liberal, ha sorprendido al mundo con su victoria, ya que era un partido muy pequeño y solo tuvo ocho representantes en las elecciones anteriores.
Esto es lo que opina Esther Solano, profesora adjunta en Relaciones Internacionales, en la Universidad Federal de São Paulo. Brazil Solidarity Initiative (Iniciativa de Solidaridad con Brasil) la invitó a una reunión en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres, donde habló con The Prisma. Solano habló sobre las elecciones brasileñas y las consecuencias políticas y sociales de la victoria de la extrema derecha en el país.
De acuerdo con Solano, actualmente están teniendo lugar tres procesos políticos en Brasil.
Una de las razones para el triunfo de la extrema derecha en Brasil es la criminalización del PT mediante la investigación policial conocida como Operación Lavado de Autos (Operaçao Lava Jato). Asimismo, para muchas personas la derecha representa la solución a todos estos problemas.
Durante la época del PT las personas pobres ganaron más poder, mientras que ahora está creciendo el poder del ejército, de la iglesia evangélica y del reciente sistema judicial.
Solano describió a Bolsonaro como un “hombre mediocre” que, como no ha estado involucrado en ningún escándalo de corrupción, tiene esta imagen de hombre no corrompido. Esto “ha sido su carta ganadora para conseguir el poder… además, hablaba de los valores tradicionales, que son muy importantes para muchos brasileños”.
¿Qué está ocurriendo en Brasil?
Están teniendo lugar tres procesos políticos diferentes en Brasil. La democracia social, que fue destruida en las elecciones, y los grupos de derechas tradicionales, que solían ser la balanza de la derecha en Brasil, perdieron a casi todos sus votantes, que se pasaron a la extrema derecha, creando una radicalización del proceso político.
El segundo proceso afecta al PT, el partido de los trabajadores. La derecha, con la ayuda de los medios, consiguió criminalizar la imagen política del PT. Comenzó con la destitución de Dilma Rousseff, que terminó con su imputación por infracción administrativa penal e incumplimiento del presupuesto federal. A esto siguió el encarcelamiento de Lula, que fue sentenciado en un segundo juicio a 12 años y 11 meses de prisión, un incremento de la sentencia de 9 años impuesta en el primer juicio.
Además, de forma paralela a este proceso político existe un tercero. La hegemonía social de la izquierda, del partido de los trabajadores, ha sido destruida al mismo tiempo que la iglesia evangélica y el ejército van ganando cada vez más influencia en los debates públicos. De hecho, la derecha está en el poder tanto en el senado como en el congreso, pero también está ganando cada vez más fuerza en la sociedad en general.
¿Cuáles son las razones que llevaron a la derecha a ganar todo este poder?
La extrema derecha se presenta a sí misma como la solución, como ajena, antisistema, como Trump y su movimiento de extrema derecha en los EE. UU. La población está muy frustrada con el sistema. Existe el factor de la corrupción. El vínculo con la Operación Lavado de Auto se ha utilizado para criminalizar a los políticos. La derecha es dueña de los periódicos y los están utilizando para crear un mensaje de un estado corrupto, de un sistema político corrupto. Por ello, el nuevo líder de la derecha se presenta a sí mismo como un salvador, un mesías. Hay cinco clases sociales en Brasil, y durante la época del PT las personas pobres ganaron más poder, tuvieron la oportunidad de empezar a ir a la universidad y viajar en avión, lo que provocó la indignación de la clase media y la élite.
Como resultado, la población (de clase media) que solía votar al PT están muy enfadados, porque vieron que gobernaban también para los pobres. Y esto creó un conflicto de clases.
Además, se están colocando más fuerzas en el punto de mira. El ejército tiene cinco generales como ministros en el gobierno. La iglesia evangélica está ganando más poder, y el nuevo sistema judicial también. El juez Sergio Moro es ahora el Ministro de Justicia y Seguridad Pública. Lo que está ocurriendo es un complejo movimiento que incluye al grupo neoliberal, los jueces de la Operación Lavado de Auto, la iglesia evangélica y el ejército, todo junto para formar este nuevo gobierno de Bolsonaro.
¿Todavía tiene poder Bolsonaro en el ejército?
Sí, mucho. Creo que era la figura perfecta para este momento. Es un hombre bastante mediocre, no hizo nada durante su época en la política, así que no estuvo involucrado en ningún escándalo de corrupción, porque no era nadie en el congreso. Esto era perfecto para él como plataforma, ya que se presentó a sí mismo como un hombre honesto, un hombre auténtico. Está limpio porque no participó en la política para nada.
Así que es el típico hombre misógino, racista, machista. Normalmente no sería nada en política, sin embargo, ahora es un buen momento para que la gente mediocre se mueva, y con Lula en prisión es un momento perfecto para Bolsonaro, porque si Lula se presentara a la campaña electoral, Bolsonaro no obtendría nada.
¿Cuáles son las razones para la victoria de Bolsonaro y de la extrema derecha en Brasil?
Existe la idea de que la extrema derecha trajo la política de nuevo al panorama. Hablaban sobre los valores, las tradiciones, la importancia de la religión, los principios, la importancia de la seguridad, la seguridad pública. Por ejemplo, Bolsonaro tiene estas políticas represivas, esta idea de que se debe tener mano dura.
Durante la época del PT, mostraron interés en las políticas públicas, pero no produjeron esta narrativa. El PT tiene políticas muy importantes para la población negra, pero nunca iniciaron ningún debate sobre el racismo. Tenían muchas políticas importantes para las clases pobres, pero no llevaron a cabo ningún debate sobre igualdad. Bolsonaro atrajo la atención a algunas de estas cuestiones, pero desde un punto de vista muy moralista, represivo y racista. Consiguió poner sobre la mesa algunos de los debates más importantes, desde el punto de vista de la derecha. Además, la corrupción ha sido una carta ganadora para Bolsonaro.
Entrevisté a personas que votaron a Bolsonaro y siempre dicen que lo votaron porque es un hombre diferente, promete algo nuevo. Así que en mi opinión es una obsesión por lo nuevo. No queremos políticos profesionales, queremos a alguien como nosotros, dice la gente. Es un hombre común, como Trump, quizás. Algo ajeno a la clase política.
¿Tienen un gobierno completamente nuevo ahora?
No es completamente nuevo, porque ya teníamos estas fuerzas en el parlamento. Ya teníamos la iglesia evangélica y los grupos militares, pero ahora han ganado más poder y más visibilidad. Antes teníamos algunos grupos pequeños que representaban a la extrema derecha, pero ahora tienen mucho más poder. Ha crecido de manera exponencial.
¿Cuál es la agenda de la extrema derecha? ¿Cuál es la agenda de Bolsonaro para los próximos años en Brasil?
Será una agenda neoliberal, una agenda ultraliberal. Tiene el Ministerio de Economía liderado por Paulo Guedes, que es un Chicago boy. Trabajó para Pinochet cuando acabó la universidad, esto era un gobierno neoliberal. Por ejemplo, tenemos esta fase de reformas. La reforma del sistema de pensiones, habrá una agenda de privatización de los sectores públicos y entonces, de forma paralela, tendremos una nueva agenda conservadora. El ministro de derechos humanos dice que no necesitamos políticas públicas para los grupos LGBT. Brasil es uno de los países donde los grupos LGBT se encuentran reprimidos.
Además, tenemos otra agenda contra el feminismo, contra las mujeres. Está la idea de penalizar el aborto. Tenemos unas políticas difíciles contra las comunidades indígenas; no están bien protegidas en Brasil, pero la poca protección que tienen casi desaparecerá con el gobierno de Bolsonaro.
Tiene un ministro de agricultura muy agresivo, el ministerio de medio ambiente casi no existe, así que lo que tenemos es esta agenda neoliberal y la otra agenda contra los derechos humanos, los activistas, contra los negros, las mujeres y la comunidad LGBT.
¿Cómo cree que afectará esta agenda la vida diaria de aquellas personas?
Para algunas personas, significaría la muerte. En cuanto a las personas indígenas, existe una lucha muy violenta en el campo, están muy desprotegidos contra los grandes terratenientes. Las nuevas leyes que está firmando Bolsonaro generarán más violencia en el campo y para muchas personas indígenas significará literalmente la muerte.
Asimismo, existe un genocidio contra las personas negras en Brasil. Sergio Moro acaba de firmar otro conjunto de leyes, denominadas leyes anti-crimen, pero en la práctica lo que dicen es que la policía tendrá poder para matar con impunidad. Para esas personas, significará que serán asesinadas. Para otros grupos, como el colectivo LGBT, no existirá ninguna política que les proteja.
Entonces, diría que para algunas personas significará literalmente la muerte, mientras que para otras significará la pérdida de empleos debido a esta retórica de austeridad, la pérdida de capacidad adquisitiva.
Esas comunidades ganaron un poco con Lula, con el PT, y ahora están perdiendo todo de nuevo, así que tendremos una población cada vez más pobre. Probablemente tengamos más desempleo, o por lo menos trabajo más flexible y empleo más precario. En la actualidad, desde que Michel Temer se convirtió en presidente, tenemos algo contra lo que Lula luchó: miseria volviendo a Brasil. Por ejemplo, la mortalidad infantil se está incrementando de nuevo rápidamente. Algunos analistas dicen que es como volver a los años ‘90.
Acaba de mencionar la economía del país, menos trabajos, más precariedad, ¿qué más me puede contar sobre ello?
Con el presidente Michel Temer ya vimos esta agenda neoliberal, de austeridad, pues lo que hizo fue básicamente recortar el presupuesto público para la educación y la sanidad. Tenemos una tasa de desempleo del 11,7%. El problema es que junto con este desempleo tenemos un crecimiento extraordinariamente rápido del empleo informal, por lo que tenemos una situación precaria, y lo que quiere Bolsonaro es hacerla todavía más precaria.
Dice que Brasil es un país que tiene leyes muy fuertes para proteger a los trabajadores y quiere flexibilizar todas estas leyes. Entonces, creo que los derechos de los trabajadores estarán mucho menos protegidos.
Y luego está la privatización. Muchas personas dependen del sistema sanitario público. Si se privatiza todo esto, habrá personas en las afueras de la ciudad o en el campo que no tengan servicios sanitarios, y lo mismo ocurrirá con las escuelas. Bolsonaro no privatizará todo al mismo tiempo, pero cada vez dedicará menos presupuesto a estas instituciones.
¿Qué gana Bolsonaro empobreciendo al país?
Bolsonaro tiene la aprobación de los empresarios, lo cual es muy importante. Cuando hablamos de este país, Brasil nunca atravesó un proceso de reforma agrícola, así que tenemos una enorme cantidad de tierra en manos de muy pocas personas. Terratenientes de enormes áreas de terreno, que son muy poderosos. Lo mismo ocurre con los dueños de las fábricas: hay muy pocos, muy poderosos, y lo que quieren es flexibilizar el trabajo y debilitar los derechos de los trabajadores y las normas para conseguir licencias (por ejemplo, para la minería). Lo que gana es el apoyo y la aprobación de esta élite neoliberal en Brasil. Es un país que fue construido con un número enorme de personas pobres y una pequeña élite poderosa. Así que es la persona indicada para esta élite.
(Traducido por Iris María Blanco Gabás – Email: [email protected])
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