La organización ETA, que anunció su disolución definitiva para el primer fin de semana de mayo, pidió perdón por el daño causado a unas 850 víctimas durante más de seis décadas de historia armada, en un comunicado en el que se compromete con la supresión definitiva del conflicto y con la no repetición de ataques.
“Lo sentimos de veras”, dijo ETA en un comunicado publicado en los diarios Gara y Berria, al referirse especialmente a las víctimas “que no tenían una participación directa en el conflicto”. De esta manera explican que la militancia de Euskadi Ta Askatasuna consideró necesario mostrar “empatía respecto al sufrimiento originado” en el País Vasco, reconociendo el dolor sufrido durante muchos años.
“Muertos, heridos, torturados, secuestrados o personas que se han visto obligadas a huir al extranjero.(….) reconocemos la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor”, destaca el comunicado” y sigue: “Nada de todo ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto en el tiempo”.
“Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA en la medida que han resultado damnificados por el conflicto. (…). Nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos sin responsabilidad alguna. A estas personas y sus familiares les pedimos perdón”, cita el comunicado en el que admiten estar conscientes de que el perdón no solucionará lo sucedido ni mitigarán tanto dolor.
En el comunicado la organización también lanzó un mensaje al Gobierno de forma indirecta: “Todos deberíamos reconocer, con respeto, el sufrimiento padecido por los demás.” Y añadió que “por desgracia quienes tienen otros intereses políticos se empeñan en complicar la situación, hasta el punto de menospreciar o transformar todo avance”.
Nuevo intento
No es la primera vez que la organización reconoce el daño causado. En febrero de 2013, el que fuera jefe del aparato militar Garikoitz Aspiazu ‘Txeroki’ pidió perdón en el Tribunal de lo Criminal de París por “los ciudadanos ajenos al conflicto” y “aquellas personas que se han visto perjudicadas”.
En diciembre de ese mismo año, con la doctrina Parot ya derogada, el colectivo de reclusos de ETA (EPPK) asumió “con toda sinceridad el sufrimiento y daño multilateral generados”.
Por su parte, Aralar, formación fundada por Patxi Zabaleta, fue la primera agrupación abertzale que criticó abiertamente la violencia de la banda, en especial el asesinato de Miguel Ángel Blanco y la ruptura de una tregua de alto al fuego.
En enero de 2016, 35 miembros de la reconstruida Batasuna, el Partido Comunista de las Tierras Vascas y Acción Nacionalista Vasca admitieron ante el tribunal de la Audiencia Nacional el daño causado para reducir sus condenas de cárcel. Ese mismo año varios integrantes de Ekin, el aparato político de ETA, también reconocieron el daño causado.