En una carta abierta a la Casa Blanca, publicada el 3 de junio por la revista The National Interest, 13 generales y diplomáticos estadounidenses retirados demandaron la suspensión del retiro de tropas norteamericanas desde Afganistán.
La misiva, firmada por cuatro ex embajadores en Kabul y cinco ex comandantes castrenses de EEUU en Medio Oriente como el general Stanley McChrystal y el ex director de la CIA David Petraeus, entrega una propuesta explícita de “congelar” las medidas que se han tomado para disminuir la presencia militar en tiempos de elección presidencial.
“A menos que las condiciones emergentes necesiten considerar un modesto aumento, estamos fuertemente a favor de congelarlo a un nivel de 10 mil tropas hasta el 20 de enero”, sostuvieron, agregando que ello permitirá al sucesor de Obama “evaluar la situación y hacer ajustes correctamente”.
Como destaca el sitio web WSW, en enero de este año hubo autoridades militares estadounidenses que empezaron a proclamar supuestos planes del Pentágono para asegurar el mantenimiento de las tropas en el campo de batalla “por las siguientes décadas”.
En este sentido, se entendió que la progresiva retirada de militares correspondía sólo a una maniobra táctica, considerada en la estrategia de la administración Obama para reordenar sus recursos y ubicarlos en el Asia Pacífico y el este de Europa, ante la posibilidad de un conflicto a mayor escala contra Rusia y China.
La estrategia, apunta WSW, se habría visto interrumpida con el inesperado control de Irak por insurgentes suníes, empezando con la toma de Mosul por el Estado Islámico en dicho país y en Siria, en junio de 2014, que amenazó con generar el colapso del gobierno neo-colonial de Bagdad que contaba con el respaldo de EEUU.
Bajo la presión del Pentágono, Obama ha reactivado la intervención de EEUU en Irak y desplegado miles de tropas y ataques aéreos.