Nichole, licenciada en Periodismo y con un máster en Estudios Americanos, trabajaba en Amazon hace unos años preparando pedidos y asegura que era una de las mejores en su puesto.
«Era un máquina, pero lo que ellos no sabían es que trabajaba rápidamente porque si me hubiera parado, aunque fuera solo por un minuto, me hubiese muerto de aburrimiento y cansancio», escribe en un artículo publicado por ‘The Guardian’.
En 2012, cansada de trabajar horas extra y sentirse constantemente vigilada, decidió abandonar su puesto de trabajo y alzar su voz contra las condiciones laborales de Amazon. Cobró la prestación por desempleo durante seis meses y desde entonces no ha tenido ninguna fuente de ingresos estable.
«Mis peores días ahora son mejores que mis mejores días trabajando en Amazon«, señala Nichole.
Vagabunda en Seattle
Actualmente, es una ‘sin techo’ más de la ciudad en Seattle y se gana la vida escribiendo carteles que muestra en acciones de protesta.
«La gente me da dinero, me desea buena suerte y eso me hace confiar en la humanidad […]. He aprendido que el pueblo estadounidense es mucho mejor que nuestro sistema político y económico», subraya la exempleada de Amazon, que agrega que consigue bastante dinero mostrando estas pancartas.
«Supe que el capitalismo es divertido cuando estás ganando», escribe.
Aunque Nichole ha solicitado empleo en numerosas empresas, ninguna se ha puesto en contacto con ella, pese a contar con un buen currículum.
«Tal vez sea porque protesté contra Amazon. Tal vez sea porque no tengo dinero. Tal vez sea porque he puesto como dirección centros que proveen servicios a personas sin hogar. Tal vez sea porque no haya muchos puestos de trabajo disponibles ahí fuera», lamenta.