El lunes 26 de agosto se dio a conocer la decisión de imponer una multa por 572 millones de dólares a la empresa estadounidense Johnson & Johnson -calificada como «el capo» de los opiáceos»- por ser una de las responsables en la epidemia letal que azota a la población de ese país desde hace tres décadas, para hacerla narcodependiente de drogas y medicamentos derivados del opio.
La decisión es considerada como un fallo histórico, debido a que deja un precedente para las empresas y corporaciones que se dedican al negocio de las farmacéuticas, que en Estados Unidos ya cuenta con miles de demandas por los graves daños causados a las personas y familias que han utilizados medicamentos opiáceos y que en varios casos han llevado a sus integrantes a la adicción y posteriormente a la muerte por sobredosis.
La condena contra Johnson & Johnson fue emitida por el juez y magistrado del distrito de Cleveland, Thad Balkman, quien tomó en consideración las miles de vida que han caído en Estados Unidos producto de la narcodependencia de los medicamentos opiáceos distribuidos por la mencionada corporación.
El fallo histórico se da apenas con el primer caso formal por los medicamentos opioides que llega a juicio, y da esperanza a los cerca de 2.000 demandantes -ciudades y condados- que presentaron una demanda colectiva ante un juez federal en Ohio.
Además, la magnitud de esta decisión resalta al ver que otros 40 estados en territorio estadounidense encabezan batalles legales similares a la que se concretó en Cleveland.
En la sentencia, el juez Balkmam explica que los acusados «tomaron parte en la comercialización engañosa de sus drogas y opiáceos en general», añadiendo que la crisis generada por la adicción a estas sustancias representa «un peligro inminente y una amenaza».
“Hemos demostrado que Johnson & Johnson fue la causa principal de esta crisis de opioides«, dijo Brad Beckworth, el abogado principal de Oklahoma. “Ganó miles de millones de dólares en un período de 20 años. Siempre han negado la responsabilidad y, al mismo tiempo, dicen que quieren marcar la diferencia para resolver este problema. Así que hagan lo correcto: paguen la multa”, agregó.
Los opioides son una clase de drogas que incluyen la ilegal y adictiva heroína y sintéticos como el fentanilo. También analgésicos que están disponibles legalmente con prescripción médica, como la oxicodona (OxyContin), la hidrocodona (Vicodin), la codeína, la morfina y muchos otros derivados de la amapola.
Johnson & Johnson asegura que es inocente y refutará la condena
La millonaria multa que deberá pagar la farmacéutica deberá destinarse para intentar ayudar a disminuir el problema de las masivas adicciones a los opiáceos en Estados Unidos durante los próximos años. Para ello tendrá que realizar programas de prevención y tratamiento para los adictos.
Pero, hasta el momento la gigante farmacéutica no está dispuesta a torcer su brazo y mucho menos su ego. La batalla legal continuará para deslindarse de su responsabilidad y los abogados de la compañía han dicho que forman parte de una industria legal y altamente regulada, sujeta a una estricta supervisión federal, incluida la Agencia de Control de Drogas de Estados Unidos y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
El abogado principal, Larry Ottaway, argumentó durante el juicio -de siete semanas- que los medicamentos opioides «satisfacen una necesidad: abordar el dolor crónico que afecta a miles de residentes de Oklahoma», cita BBC Mundo.
Por su parte, los fiscales alegan que Johnson & Johnson encabezó una campaña de marketing de un año de duración que minimizó los riesgos de analgésicos adictivos y promovió sus beneficios, razón que los convierte en “capos” de los opioides, pues sus esfuerzos para la comercialización de sus medicamentos conllevaron a que los médicos los prescribieran en exceso, lo que provocó un aumento de las muertes por sobredosis en Oklahoma.
La respuesta de los abogados de la farmacéutica fue que había una interpretación «radical» de la ley de «perjuicios públicos», pues según ellos nunca restaron importancia al peligro de adicción de los opiodes.
La empresa, por su parte, se defiende y niega “enérgicamente” haber cometido alguna irregularidad, pues sus estrategias de comercialización de los medicamentos tenían «respaldo científico»; y sus analgésicos Duragesic y Nucynta constituyeron apenas una «pequeña fracción» de los opioides recetados en Oklahoma.
Johnson & Johnson sostiene que drogas ilegales como la heroína y el fentanilo son los verdaderos culpables de la epidemia de sobredosis.
La epidemia de adicciones por los medicamentos opioides azota a Estados Unidos desde la década de los ’90. En las últimas dos décadas, más de 400.000 personas han muerto en ese país por sobredosis de analgésicos, heroína y fentanilo ilegal.
En Oklahoma, 4.653 ciudadanos fallecieron producto de una sobredosis de analgésicos entre 2007 y 2017. En los documentos judiciales, el Estado sostuvo que el número de recetas de opioides dispensados por las farmacias llegó a 479 cada hora en 2017.
En 2017, el fiscal general de Oklahoma, el republicano Mike Hunter, demandó a las compañías farmacéuticas y sus subsidiarias (Johnson & Johnson, Purdue Pharma y Teva Pharmaceutical) por causar un “perjuicio público”, al lanzar una campaña de marketing agresiva y engañosa que exageraba la efectividad de los medicamentos para tratar el dolor crónico y subestimaba el riesgo de adicción.
Hunter apuntó que Johnson & Johnson era la compañía “líder” del engaño, actuando motivada por “la codicia”.
Las otras dos compañías farmacéuticas, Purdue Pharma -productora de OxyContin- y Teva Pharmaceutical, llegaron a acuerdos extrajudiciales con las autoridades de Oklahoma en mayo pasado, por un valor de 270 millones y 85 millones de dólares, respectivamente.
Adicción a opioides disminuye esperanza de vida
El promedio de esperanza de vida en Estados Unidos ha venido en descenso durante los últimos 30 años, a causa de las adicciones por el suministro de drogas a través de distintos medicamentos que son derivadas del opio.
Un trabajo especial de Victoria Aramburu, publicado por Actualidad RT y titulado «Epidemia letal: La mitad de los adictos a los opioides de EE.UU. llegó a ellos por receta médica», aborda el tema.
En el trabajo de investigación se explica cómo el promedio de vida de los estadounidense ha llegado al nivel más bajo en comparación con las cifras que registran los países ricos.
En ese sentido, los indicadores relacionados con las muertes por consumo de opiáceos a través de medicamentos legales en EE. UU. ya han superado el número de fallecidos de la guerra de Vietnam, que dejó -según cifras oficiales- más de 58.000 estadounidenses muertos.
Incluso, la letalidad de los opiáceos en territorio estadounidense es mayor a las de VIH/SIDA.
Tal ha sido el impacto negativo sobre el uso y abuso de los medicamentos derivados del opio que este problema de salud pública es uno de los más graves en los últimos años en Estados Unidos
«…al Estado norteamericano le cuestan cerca de 500.000 millones de dólares al año, según indica un informe que el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca publicó en noviembre de 2017», explica el despacho de Actualidad RT.
De acuerdo con el artículo, gran parte de estas adicciones vienen de la asignación indiscriminada por parte de los médicos de récipes para el uso de opiáceos como la hidrocodona —Vicodina, por ejemplo— la oxicodona (como OxyContin y Percocet), la morfina (como Kadian y Avinza) o la codeína, entre otros medicamentos.
Además, otro elemento que influye en el consumo de estas medicinas adictivas es que EE. UU. es uno de los únicos dos países del mundo que permite a las empresas farmacéuticas realizar publicidad de anestésicos recetados.
Demanda colectiva contra los opiáceos farmacéuticos
Actualmente, en Estados Unidos existe una demanda colectiva emprendida por abogados de distintos condados y ciudades contra varios laboratorios farmacéuticos por las consecuencias causadas en los pacientes.
«Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC, por sus siglas en inglés), el abuso de fármacos opiáceos contra el dolor mató a 42.000 personas en ese país en 2016, un 28 % más que el año anterior y cinco veces más que en 1999″, explica Actualidad RT.
Aunque esas estadísticas antes mencionadas incluyen a personas adictas a la heroína, los fármacos también tienen incidencia en estos pacientes, pues muchos de ellos cuando no consiguen la droga utilizan los medicamentos que si tienen prescripción médica. También resulta al contrario, pacientes medicados terminan consumiendo heroína para «aliviar» sus males.
El Journal of American Medical Association Psychiatry de 2017 indica que la mitad de los adictos a los opioides «llegó a ellos por prescripción médica para tratamientos del dolor y 80 % pasaron por una etapa previa de abuso de analgésicos legales».
De hecho, los CDC certifican que 20 % de las personas que reciben una prescripción inicial de calmantes para 10 días, siguen tomando el medicamento por más de un año.
Entonces, los abogados que efectuaron la demanda colectiva cuentan ahora con las posibilidades para demandar a las empresas farmacéuticas por la crisis de salud pública vinculada a los opioides.
Esto se logró cuando el juez de distrito estadounidense Dan Polster autorizó el avance de la recopilación de evidencias para realizar las querellas.
Polster acotó que era correcto describir la ola de adicciones a los opiáceos que arrasan EE. UU. como «una plaga creada por el ser humano» y agregó que «los funcionarios del gobierno local han hecho acusaciones muy serias respecto a que los involucrados tienen parte de la responsabilidad de esta plaga debido a su acción y su inacción en la fabricación y distribución de opioides recetados».
«Si bien queda por ver si las ciudades y los condados pueden probar que las compañías contribuyeron a la adicción de millones de estadounidenses, ahora tendrán la oportunidad de hacerlo», agregó el juez.
EE. UU. lidera consumo mundial de opioides
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año mueren en el mundo 69.000 personas por sobredosis de opioides, mientras que EE. UU. lidera el consumo de esas sustancias, tal y como lo indica la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes.
La gran mayoría de los pacientes que se vuelven adictos a opiáceos se originan por la medicación recetada y la falta de un sistema de salud universal público.
«Los planes sanitarios suelen ser bastante básicos, sobre todo los que obtienen las personas más pobres y, por tanto, no cubren tratamientos que requieren más de una consulta. Las pastillas pueden ofrecer una salida rápida ante la falta de recursos», explica el despacho de Actualidad RT.
Además, de acuerdo con información publicada por el CDC en su web, aunque los recipes médicos con prescripción de opioides han disminuido en al menos 18 %, el total de recetas aún es tres veces mayor que a las de 1999.
Los opioides son medicamentos que alivian el dolor, reducen la intensidad de las señales de dolor y afectan a las áreas del cerebro que controlan las emociones para disminuir los efectos de un estímulo doloroso.
Los productos de hidrocodona se prescriben con más frecuencia para afecciones dolorosas tan variadas como el dolor dental o el relacionado con lesiones, mientras que la morfina se suele emplear para aliviar dolores agudos antes y después de procedimientos quirúrgicos.
Asimismo, la codeína comúnmente se receta para tratar el dolor leve. Además de sus propiedades analgésicas, medicamentos como la codeína y el difenoxilato (Lomotil) se pueden utilizar para aliviar la tos y la diarrea severa, como asegura el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA).
Publicidad a favor de los opiáceos, Johnson & Johnson culpable
De acuerdo con el despacho de Actualidad RT, la publicidad de fármacos en ese país sigue creciendo, eso a pesar de que el problema de salud pública originada por estos medicamentos es grave.
Lo mismo ocurre en Nueva Zelanda, el otro país donde la promoción a través de televisión de estos medicamentos es totalmente legal.
De acuerdo con una investigación de la compañía Kantar, el gasto en publicidad de compañías farmacéuticas en EE. UU. alcanzó los 6.400 millones de dólares en 2016 y experimentó un aumento del 64 % desde 2012.
«Tener contentos a los médicos, que son quienes en última instancia firman las recetas, es otro de los puntos que los laboratorios tienen muy en cuenta. Cuando el Gobierno de EE. UU. publicó los montos pagados por las compañías de medicamentos y dispositivos a doctores y hospitales se supo que en 2016 superó los 8.000 millones de dólares: más de 630.000 médicos tenían registros de pago», agrega la agencia rusa.
Todo esto originó que en 2015 la Asociación Médica Estadounidense realizara un pedido formal para prohibir los anuncios de medicamentos recetados en los medios de comunicación masivos. Su petición fue engavetada.
El vórtice sin retorno del que Johnson & Johnson quiere escapar
Tanto el consumo de drogas opioides y/o de medicamentos opiáceos terminan degradando a la persona a un punto sin retorno, un vórtice que les consume hasta llegar a la muerte, es decir, si un adicto a la heroína es recetado con medicamentos de ese mismo tipo, o sea, con otra forma de heroína, para dejar la adicción, si no es acompañado de terapias que le permitan dejar atrás la medicina, seguramente volverá a recaer en la heroína.
De igual forma, un paciente con algún trastorno psiquiátrico que sea medicado con opioides puede terminar adicto a ellos y posteriormente convertirse en heroinómano.
Ya para 2015, un estudio financiado por el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo (NIAAA) que estuvo basado en la Encuesta Epidemiológica Nacional sobre Abuso de Alcohol y Problemas Relacionados (NESARC-III) del NIAAA, reveló que el trastorno por consumo de drogas en los estadounidenses es frecuente, y a la vez concurre con una variedad de trastornos de salud mental.
El NIAAA, que es parte de los Institutos Nacionales de la Salud, descubrió que cerca del 4 % de los estadounidenses cumplía los criterios de trastorno por consumo de drogas y cerca de 10 % ha tenido trastorno por consumo de drogas en algún momento de su vida.
«De acuerdo con esos resultados, más de 23 millones de adultos en Estados Unidos han lidiado con el consumo problemático de drogas», dijo George F. Koob, Ph.D, Director del NIAAA. «Dadas esas cifras, y otros datos recientes acerca de la prevalencia y el tratamiento insuficiente del trastorno por consumo de alcohol en Estados Unidos, es de vital importancia que continuemos nuestros esfuerzos por entender las causas de fondo de la adicción a las drogas y el alcohol, su relación con otros trastornos psiquiátricos y los métodos más eficaces de tratamiento».
El estudio, además, encontró que el trastorno por consumo de drogas era más frecuente entre los varones, individuos de raza blanca e indígenas, y entre los solteros o divorciados. Las personas jóvenes y aquellas con niveles más bajos de ingresos y escolaridad también mostraron mayor riesgo.
De acuerdo con el instituto, el diagnóstico de trastorno por consumo de drogas se basa en una lista de síntomas que incluyen ansias de consumir, síndrome de abstinencia, falta de control y efectos negativos en las responsabilidades personales y profesionales.
Entre las drogas más consumidas que generan problemas psiquiátricos están: anfetaminas, marihuana, drogas sintéticas (éxtasis, ketamina, metanfetamina), cocaína, alucinógenos, heroína, opioides sintéticos (oxicodona, morfina), sedantes/tranquilizantes y solventes/inhalantes, alcohol y nicotina que originan trastornos de personalidad.
Psiquiatras con cargo de conciencia
Gran parte de estas adicciones generadas en la población provienen luego de que un profesional de la psiquiatría decidiera recetar uno de estos medicamentos altamente adictivos a sus pacientes.
Los reportes indican que al menos desde los años ’80 cada vez más estadounidenses viven medicados con sustancias que rebajan su ansiedad y estrés.
Se estima que 95 millones de ciudadanos residentes en EE. UU. han tomado pastillas opioides con receta, con un promedio de 300 millones recetas de fármacos de este tipo al año.
Esto ha generado que casi dos millones de personas sean ahora dependientes de los opioides, lo que decanta en un mercado que es sumamente atractivo para narcotraficantes de drogas legales e ilegales para atender la alta demanda de este sector adicto.
Los reportes agregan que las autoridades estadounidenses han reconocido que la cantidad de víctimas de los opiáceos se está viendo reflejada en todo el espectro demográfico.
En ese borde aparece el fentanilo, una droga sintética que se comercializa como analgésico para distintos dolores y que actualmente está prohibida por las autoridades sanitarias, pues tiene una gran potencia de adicción en los pacientes. De hecho, los especialistas indican que es “50 veces más potente que la heroína”.
A pesar de que se eliminó del mercado legal, distintos laboratorios del narco la fabrican porque les genera grandes dividendos, pues un kilo de polvo de fentanilo puro puede costar 3.000 dólares y luego, al mezclarlo con heroína se puede vender en un millón de dólares.
Es de esta manera como no sólo los heroinómanos caían más rápido en las cifras de fallecidos sino también comenzaron a aparecer la lista de pacientes medicados por sus psiquiatras como estudiantes, conductores de camiones, oficinistas estresados, amas de casa y cualquier tipo de persona con algún padecimiento psiquiátrico.
Sumado a los médicos psiquiatras, los narcotraficantes aprovecharon el «boom» o la cima de la dependencia de estos medicamentos y comenzaron a manipular analgésicos para agregarles fentanilo, lo que comenzó a generar una ola de sobredosis sin que el consumidor tuviera la intención de sobrepasarse, un ejemplo reciente fue el músico y compositor Prince, quien fue víctima de esa droga.
Mientras las autoridades estadounidenses y el departamento antidrogas (DEA) aún no consiguen cómo controlar este repunte del consumo de opiáceos legales e ilegales en la población, los narcotraficantes ya trabajan en extender su mercado de consumo y el carfentanil -un tranquilizador de elefantes que es 100 veces más potente que el fentanilo- es la nueva droga a la que apuntan.