Ni una razón consiguieron los griegos para celebrar este lunes el fin del programa de rescate que duró ocho años y significó un largo período de austeridad impuesto por los acreedores.
El que culminó fue el tercer auxilio consecutivo desde 2010. En total, el país necesitó 300.000 millones de euros «y seis primeros ministros para salir del agujero de la quiebra».
Sin embargo, el periodista Francisco Herranz advierte, en un artículo publicado en Sputnik, que la economía griega no está fuera de peligro y tendrá que enfrentar serios retos en los años venideros.
Entre ellos, menciona la gestión de su gigantesca deuda que es la más alta de toda la eurozona y se sitúa en el 180% de su PIB. El segundo desafío es demográfico, debido a la migración masiva de ciudadanos, la mayoría menores de 30 años, que dejaron el país en busca de mejores condiciones de vida.
Esa última arista no sería tan alarmante para un país en el que la emigración no es desconocida, pero coincide con un descenso en la tasa de natalidad.
Herranz detalla que el país es ahora «mucho más pobre que antes» y aunque la economía crece a ritmo moderado y el paro está cayendo, el empleo que se genera es precario: mal pagado, a media jornada y temporal.
Las medidas económicas fueron un desastre
El periodista explica que aunque el impulso a la economía lo está dando el turismo, el PIB se contrajo un 45%.
«Las dolorosas e impopulares medidas aplicadas han sido un desastre, pues partieron de un principio teórico que no se cumplió y provocó los efectos contrarios, profundizando la recesión y alargando la agonía de los sectores sociales más castigados», señala.
Critica que el prorama del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Unión Europea (UE) se centró demasiado en la subida de impuestos y en el recorte de gastos y menos en cambios profundos que hicieran la economía más eficiente.
Finalmente, asegura que el futuro para la Nación es bastante incierto, debido a que el acuerdo suscrito en junio con los acreedores establece que tendrá que mantener una senda de crecimiento económico del 3,5% hasta 2022 y del 2% hasta 2060, previsiones que, señala, son «poco realistas y difíciles de lograr».
Christos Iosifidis, un jubilado de 80 años, dijo a Reuters que para ellos «nada cambia». “Somos un país en bancarrota y eso no cambiará durante muchos años más», expresó.
https://www.elciudadano.cl/economia/grecia-profundiza-recortes-sociales-para-obtener-%E2%80%9Crescate%E2%80%9D-de-la-eurozona/02/17/
https://www.elciudadano.cl/tendencias/oferta-laboral-salario-fijo-y-casa-cuidar-55-gatos-grecia/08/14/