Francia está acelerando la producción nacional de mascarillas y ahora las fábricas del país producen «más de ocho millones» semanales, según el titular de Sanidad del país europeo.
Un número, en cualquier caso, muy inferior a las necesidades de 40 millones semanales, lo que obligará a seguir importando desde China, que es el país que más produce.
En tal sentido el ministro de Sanidad, Olivier Véran, anunció que han encargado más de 1.000 millones de mascarillas «para las semanas y los meses venideros», dijo, además, que se van a multiplicar los test del coronavirus.
Francia tenía, cuando empezó la crisis, una reserva de 117 millones de mascarillas quirúrgicas y ahora las existencias son de 120 millones.
Se mostró prudente sobre el ritmo al que llegarán las mascarillas encargadas en China por la presión del mercado, ya que muchos otros países quieren también comprarle al gigante asiático, reseñó la agencia EFE.
Hizo notar que la principal dificultad es asegurarse de que las mascarillas salen de las fábricas y llegan al aeropuerto donde se tienen que cargar.
En una comparecencia ante la prensa junto al primer ministro, Édouard Philippe, Véran precisó que se ha pasado de 5.000 pruebas convencionales del COVID-19 al día la semana pasada a 12.000 diarias actualmente, y la cifra va a subir a 30.000 diarias en una semana y a 50.000 a finales de abril.
A eso se añadirán los test rápidos, de los que Francia ha encargado cinco millones con el objetivo de poder realizar 30.000 diarios a finales de abril, 60.000 en mayo y 100.000 más adelante.
El ministro se refirió a los problemas que ha habido en España con una partida de varios cientos de miles de esos test importados de China que no eran fiables y tuvieron que devolverse, y afirmó que los laboratorios franceses son capaces de evaluar si este tipo de test son operativos.
«En Francia primamos la calidad sobre cualquier otro criterio», comentó sobre ese incidente en España.
Véran indicó que el número de plazas de reanimación en los hospitales franceses, que era de 5.000 antes de la crisis del COVID-19, se han incrementado hasta 10.000 por el momento y el objetivo es llegar a 14.000-14.500, para lo cual, entre otras cosas, se ha hecho un encargo de 1.000 respiradores artificiales al grupo francés Air Liquide.
El primer ministro advirtió de que frente al coronavirus «la lucha no hace más que empezar. Los quince primeros días de abril serán difíciles, más difíciles de los 15 días que acabamos de vivir».
Según las cifras comunicadas este sábado, en Francia hay 37.575 casos positivos de coronavirus y han muerto en los hospitales 2.314 personas, 319 en las últimas 24 horas.
El director del departamento de salud global del Instituto Pasteur, Arnaud Fontanet, indicó que los primeros efectos del confinamiento (en vigor con carácter obligatorio desde el día 17) en la curva de hospitalizaciones no será perceptible hasta finales de la semana próxima.
Para evitar la propagación del coronavirus en las 7.000 residencias de ancianos que hay en Francia y en las que viven 700.000 personas mayores, se van a tomar medidas como el aislamiento individual de esos residentes y test sistemáticos al personal empleado, que tendrá que evitar al máximo salir de los centros.