Las tensiones internas que despierta la Organización del Atlántico Norte (OTAN) han explotado desde que Francia y Alemania pusieron sobre la mesa su voluntad de crear un ejército integrado sólo por países de la Unión Europea (UE), hecho que es un claro desafío a Estados Unidos (EEUU), el socio más importante de la OTAN, que hoy funciona como la organización que reúne los aparatos bélicos de EEUU y la UE.
El predominio militar y la presión política que ejerce Washington a través de la OTAN sobre los países de la UE ha generado varios desaguisados, especialmente desde que Trump exigiera a sus pares europeos aumentar sus aportes a la organización, cuestión que terminó por romper la relativa estabilidad del tratado. Primero Macron y luego Merkel, insistieron en la necesidad de tener un ejército «verdaderamente europeo», lo que equivale a excluir a EEUU de la ecuación, lo que al otro lado del Atlántico no ha caído muy bien.
El conflicto entre Washington, por un lado, y París-Berlín, por el otro, se despliega principalmente en el campo económico. Ésto queda claro con la propuesta presentada por los ministros de Finanzas de Francia y Alemania, Bruno Le Maire y Olaf Scholz, respectivamente, quienes reafirmaron este lunes -19 de noviembre- la intención de crear un presupuesto común para la eurozona, en el que estaría incluido el presupuesto general de la UE.
Al respecto, el semanario alemán Der Spiegel informó que el documento presentado por Le Maire y Scholz, que fue presentado este lunes al Eurogrupo en una reunión de preparación para la cumbre de diciembre, tiene como objetivo acortar las diferencias existentes entre los 19 países que usan el euro como moneda y, de esta manera, evitar eventuales crisis económicas, según ambos ministros de finanzas.
Todo esto forma parte de la agenda del presidente de Francia, Emmanuel Macron, postura que se ha materializado en acciones desde comienzos de noviembre, cuando planteó -en una entrevista radial- la idea de que la UE tenga «verdadero ejército europeo». Esta idea es apoyada ampliamente por el gobierno de Alemania.
Para comprender el objetivo de Francia y Alemania, hay que tener en cuenta que Washington es el país con mayor peso y decisión política dentro de la OTAN, cuestión que avala con su aporte anual actual de 3,5% de su Producto Interno Bruto (PIB).
Reforzar la UE como respuesta al Brexit
En ese sentido, el profesor de análisis político de la Universidad de Gotinga, Alemania, Peter Schulze, declaró a la agencia rusa Sputnik que la idea de un ejército común para Europa «es muy buena» y recordó que es una propuesta que ya se había discutido en 1992.
«Creo que si se crea una estructura común de política exterior en los próximos 10 años, así como una estructura común de seguridad y defensa de la UE, en primer lugar, se reducirá el dominio de EEUU en la OTAN, lo que hará que los Estados miembros de la UE sean más flexibles y capaces de actuar en correspondencia con sus propios intereses», acotó Schulze.
Agrega el catedrático alemán que a esta propuesta pudiera surgir la oposición de Polonia, Rumania, Suecia y Dinamarca, países que apuestan al fortalecimiento de la OTAN y al aumento del gasto en defensa que promueve EEUU.
Estos países -agrega Schulze- «no querrán crear una fuerza dentro de la UE que sea competencia para la OTAN», sin embargo acota que «actualmente esta idea ha adquirido un nuevo significado», pues, «el año pasado se hizo un pequeño avance» al crearse la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO), que «se desarrollará a través de la integración dentro de la defensa y la política exterior».
Según Schulze, el planteamiento de Francia y Alemania, en el que hablan de «soberanía europea» y pretenden acercar a los países de la UE, es una respuesta a la salida del Reino Unido de la UE (Brexit).
«Curiosamente, los llamados temas prohibitivos que nunca han sido abordados debido a la resistencia del Reino Unido, como una política común de seguridad y defensa, ahora se discuten. Esto tiene un efecto muy positivo en el proceso de integración y preservación de la Unión Europea», dijo Schulze a Sputnik.
De igual forma, Schulze sostiene que la llamada de Macron de crear un ejército común tiene, ante todo, causas económicas.
«De hecho, se guía por razones económicas, puesto que la industria de la defensa es muy importante en la estructura económica del país. Francia, como se sabe, no es la economía más segura ni estable de la UE (…) Por lo tanto, creo que cuando Macron habló sobre un ejército europeo, se refería a la cooperación entre las empresas europeas de defensa, posiblemente bajo el liderazgo de Francia», explicó Schulze.
Frente anti-Trump
Varios medios de comunicación reseñaron este domingo que el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Ángela Merkel, presentaron en Berlín un frente común para la independencia de la U.E. que tiene como objetivo equiparar las fuerzas con EEUU, luego de las acciones agresivas de Donald Trump.
Este frente surgió durante la visita de Macron a la capital alemana, donde cerró su gira conmemorativa del centenario del fin de la Primera Guerra Mundial.
La unidad demostrada, al menos mediáticamente, entre Macron y Merkel durante los últimos días, da cuenta de un alineamiento entre ambos gobernantes, según explicó a la agencia EFE, Hélène Miard-Delacroix, experta en política alemana de la Universidad de la Sorbona en París.
«Tienen un interés objetivo en apoyarse mutuamente. El presidente Macron no puede movilizar a los europeos solo y la canciller, debilitada políticamente, no puede hacer nada sola tampoco», explica Miard-Delacroix.
Apoyar a su homólogo francés con el tema del ejército europeo «es una manera para ella de decir: aún estoy aquí, aún tengo el control», recalcó la experta.
Días antes, Merkel y Macron fueron tajantes sobre la creación del ejército europeo y su posición contra Trump.
El proyecto en ciernes de la creación de «un verdadero ejército europeo», dicen desde la nueva alianza, debe fundamentarse en unas fuerzas armadas comunes que operen bajo la lógica de «que nunca más habrá guerra entre países europeos».
«Debemos trabajar con vistas a crear un día un auténtico ejército europeo», dijo la canciller alemana a los eurodiputados, dos días después de la conmemoración del centenario en París del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial.
En esa línea, Merkel afirmó: «el tiempo en el que podíamos confiar en otros ha quedado atrás. Los europeos debemos asumir nuestro destino en nuestras propias manos si queremos defender a nuestra comunidad». Lo anterior ha sido interpretado como una alerta para la propia comunidad europea sobre el peligro de su actual dependencia militar con EEUU.
Además del ejército europeo, la canciller alemana propuso un Consejo de Seguridad de presidencia rotatoria y mejorar la política exterior comunitaria y advirtió implícitamente a países miembros como Polonia, Rumanía o Hungría sobre la importancia de respetar derechos como la libertad académica (también conocida como libertad de cátedra) y la libertad de expresión.
Por su parte, Macron persiste en que para proteger verdaderamente la comunidad europea, es necesario que la UE decida tener un solo ejército, sin la dependencia de Washington.
«No protegeremos a los europeos si no decidimos tener un verdadero ejército europeo. Debemos tener una Europa que se defienda a sí misma sin depender de Estados Unidos», expresó Macron.
La ira de Trump y la batalla de los discursos
Una vez presentada la propuesta de Macron, la reacción de Trump no se hizo esperar. A través de la red social Twitter arremetió contra el presidente francés y calificó su idea como algo «muy insultante».
«Emmanuel Macron sugiere construir su propio ejército para proteger a Europa de EEUU, China y Rusia. Pero fue Alemania en la Primera y Segunda Guerra Mundial que necesito a Washington (…) Es muy insultante, pero quizás Europa primero deba pagar su porción justa en la OTAN, que EEUU subvenciona en gran medida», alegó Trump.
En otros tuits, el jefe de la Casa Blanca acotó que «el problema» es que Macron tiene «un índice de aprobación muy bajo en Francia» de apenas 26% y una tasa de desempleo de casi el 10%, por lo que está intentando desviar la atención hacia otros temas.
Según varios medios, la «peor» respuesta de Trump fue cuando recordó a Macron que “Francia empezaba a aprender alemán durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial hasta que apareció Estados Unidos”.
Sin embargo, el presidente francés prefirió no responder a Trump y acotó que los asuntos diplomáticos deben abordarse de manera directa y no en redes sociales.
Los antecedentes del conflicto se remontan al 12 de julio de 2018, cuando Trump acusó a los países miembros de la OTAN de estar endeudados con EEUU y exigió a éstos incrementar su aporte financiero a la organización.
Trump hizo tal declaración durante la Cumbre de la OTAN realizada en Bruselas, Bélgica, y sus palabras causaron conmoción e incomodidad con sus aliados. En ese periplo, el presidente estadounidense exigió a los países miembros aumentar sus gastos militares en 4% de su PIB anual. La exigencia no cayó bien entre los líderes de la OTAN, pues la gran mayoría no aportan ni siquiera el 2% que acordaron para hacer efectivo el tratado.
«Los países europeos nos deben desde hace muchos años, son unos morosos porque todavía tenemos que pagar por muchos de ellos (…) Alemania es un rehén de Rusia porque ellos son sus proveedores, ellos (Alemania) se deshicieron de sus plantas de carbón, de su energía nuclear, están obteniendo gran parte del petróleo y gas de Rusia, creo que es algo que la OTAN tiene que observar, es algo muy inapropiado, es algo que no tiene mucho sentido», acotó Trump durante la referida cumbre.
Además, insistió que 23 de los 29 países miembro «todavía no pagan lo que deberían y muchas de estas naciones deben enormes cantidades de dinero de años anteriores a EEUU».
La moderada defensa del secretario general de la OTAN a Trump
Después que Crimea decidió adherirse a Rusia en 2014, los países de la OTAN decidieron que invertir el 2% de su PIB anual para la organización, pero hasta la fecha sólo cumplen con ese cometido Gran Bretaña y EEUU.
Al respecto, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN dice que “el presidente Trump tiene razón cuando habla de la inversión en defensa porque la alianza no comparte equitativamente la carga ahora. EEUU paga más del 70% del total en gastos de defensa de la OTAN, por eso todo miembro de la OTAN debería contribuir con su parte del 2% del PIB en post de nuestra seguridad común, algo que no siempre ocurre, y honestamente, a veces Europa es muy conformista sobre su propia defensa».
De acuerdo a datos expuestos por la empresa comunicacional CNN, Alemania apenas aporta 1,1% de su PIB a la OTAN y para el 2024 apenas llegarían al 1,4%, es decir, para lograr el 2%, el gobierno alemán deberá aportar más de 40.000 millones de euros.
En la cumbre de la OTAN, Trump sostuvo una reunión privada con Stoltenberg y le dijo: «Ciertamente no parece tener sentido que ellos paguen miles de millones de dólares a Rusia y nosotros los hemos defendido de Rusia».
A esa posición, el dirigente de la OTAN dijo a Trump «a pesar de esas diferencias», los aliados de la OTAN «siempre han sido capaces de unirse alrededor de nuestra tarea principal de proteger y defendernos los unos a los otros».
Pero enseguida Trump rechazó el razonamiento de Stoltenberg, y argumentó que Alemania solamente está «haciendo a Rusia más rica».
«¿Cómo pueden estar juntos cuando un país obtiene su energía de la persona de la que se quiere proteger o del grupo del que quieres protegerte?», acotó Trump.
Por su parte, la ministra de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, se refirió a las «preocupaciones» sobre cualquier «dependencia» alemana de Rusia en una entrevista con CNN.
«Alemania tiene una muy diversa mezcla de suministros de energía» subrayó la ministra alemana.
El Pentágono toma posición
Por su parte, el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, se ha dedicado a resaltar el papel de la OTAN en la defensa de Europa y ha rechazado la propuesta de Macron.
“Consideramos la OTAN como el pilar de la protección de Europa en materia de seguridad y apoyamos totalmente a los países que hacen más para soportar la carga”, dijo Mattis antes de una reunión con su homólogo polaco, Jacek Czaputowicz, la semana pasada.
En medio de las tensiones diplomáticas, Stoltenberg advierte a Europa por el debilitamiento de los lazos entre los socios transatlánticos, a causa de la disputa entre Trump y Macron.
Al respecto, el diario estadounidense «Politico» publicó un informe en el que achaca la esperanza de Macron de independizarse de EEUU a la “sensación de soledad” que ha provocado la estrategia de Trump de “EEUU primero”.
El reporte alude también a la “debilidad y la excesiva dependencia de Europa en Washington” durante la Administración de Barack Obama, quien con una llamada telefónica hizo en 2013 que el entonces presidente francés François Hollande suspendiera los ataques militares contra Siria, solo unas horas antes de que despegarán los aviones de combate.
Desde sus comienzos, la OTAN fue una alianza militar defensiva destinada a disuadir cualquier ataque proveniente de la entonces Unión Soviética. Una vez que terminó la Guerra Fría, la OTAN planteó sus nuevas tareas: extender la estabilidad en toda Europa acogiendo a nuevos miembros y estableciendo una serie de asociaciones con otros países, pero también utilizando la fuerza en ocasiones, especialmente en los Balcanes.
EEUU es el que más se beneficia de la OTAN y su industria de guerra
Según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), las ventas de los mayores fabricantes de armas han crecido exponencialmente, siendo las compañías estadounidenses las que acaparan más de la mitad de las ventas globales, seguidas por las empresas europeas.
El informe publicado en el portal eldiario.es, detalla que en 2016, cuando el mapa del mundo estaba salpicado por decenas de conflictos armados creados por la OTAN y con la complicidad de la ONU, la cifra de personas desplazadas volvió a alcanzar un “máximo sin precedentes” de 65,6 millones.
“Ese mismo año, las ventas de los mayores fabricantes de armas repuntaron por primera vez después de seis años de descenso”, agrega el informe, que explica que este incremento se produjo debido a que al menos la mitad de las guerras propiciadas por EEUU y sus aliados, se habían enquistado e intensificado.
“En total, las 100 compañías más importantes del sector vendieron equipos militares y armamento por valor de 374.800 millones de dólares, un 2% más que en 2015”, explica el estudio.
Cita la nota que de acuerdo al estudio el ránking de empresas con más ingresos “lo lidera el gigante estadounidense Lockheed Martin. Y se debe, sobre todo, al alto volumen de aviones de combate F-35 que entregó en 2016. Se trata de uno de los mayores proveedores de armamento del Departamento de Defensa de EEUU y, además de aviones de guerra, comercializa misiles, helicópteros y tecnología espacial. En 2016 las ventas del mayor fabricante del mundo crecieron un 10,7% y alcanzaron los 40.830 millones de dólares”.
“Así, la renovación de los arsenales militares con armamento de última generación, como los caza F-35 de Lockheed Martin, explican gran parte del primer incremento mundial de las ventas desde 2010”, agrega.
Después de Lockheed Martin, la segunda empresa más poderosa de armamento es la también estadounidense Boeing, que hasta 2007 lideró la lista anual del SIPRI. Durante 2016, la división de defensa de la compañía facturó 29.510 millones de dólares, sobre todo por la venta de aviones de combate. Le sigue Raytheon, otra de las principales corporaciones de EEUU y líder mundial en fabricación de misiles, explica el referido portal.
En total, las empresas armamentísticas del país norteamericano concentran más de la mitad de las ventas totales, casi el 58%. Se debe, explica el SIPRI, a las operaciones militares de EEUU fuera del país y a las compras de armamento por parte de terceros países.
Entre los 10 gigantes del negocio mundial de las armas figuran otras tres compañías estadounidenses más: Northrop Grumman, que comercializa aviones de guerra; General Dynamics, fabricante de aeronaves y tanques, y L-3 Communications, proveedor de sistemas de vigilancia y comunicación.
Explica el estudio de SIPRO que el cuarto mayor fabricante de armas del mundo es la compañía británica Bae Systems, productor de aviones, buques de guerra y municiones, con unas ventas que alcanzan casi los 23.000 millones de dólares. La división militar del consorcio europeo Airbus, dedicado al negocio de la aviación, se encuentra en séptimo lugar.
La novena posición es para la empresa italiana Leonardo, fabricante de helicópteros. La única corporación española, Navantia, se encuentra en el puesto 98 de la lista. En 2016, las ventas de las principales compañías europeas de armamento se mantuvieron estables, en unos 91.600 millones de dólares.
En 2017 el gasto militar combinado de los 29 países de la OTAN representó el 52% del gasto militar mundial. La última incorporación formal al grupo bélico fue Montenegro, en junio de 2017.
La OTAN está integrada por Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá, República Checa, Croacia, Dinamarca, Estados Unidos, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Montenegro, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania y Turquía.
Además otros 21 países colaboran con el organismo dentro del programa Asociación para la Paz, mientras otros 15 están «involucrados en programas de diálogo» y otros nueve como socios globales, uno de ellos Colombia, el único latinoamericano en la lista.
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