El sitio de noticias Al-Masdar informó ayer que la Fuerza Aérea de Arabia Saudita ha evitado dejar caer sus bombas sobre facciones de Al Qaeda y células del Estado Islámico en Yemen, pese al crecimiento que dichos movimientos han tenido en todo el país.
Según el boletín árabe, los únicos blancos de las aeronaves de guerra saudíes han sido el ejército yemení y el grupo insurgente de hutíes.
Es más, si no fuera por un ataque de drones de Estados Unidos en el sur de Yemen esta semana, Ansar Al-Shariah (la facción de Al Qaeda en el territorio) habría quedado inmune de ser tocada en toda la guerra, escribió Leith Fadel, editor jefe de Al-Masdar.
“Quizás lo más sorprendente es que los aviones de la coalición dirigida por Arabia Saudita han provocado la muerte de más de 300 civiles yemeníes en sólo siete días”, recalcó.
Recordemos que Rusia ha estado en la vanguardia de denunciar internacionalmente la protección que estaría otorgando Turquía a las vías de contrabando ilícito de petróleo robado por el Estado Islámico, en complicidad con otros actores importantes de la región, como Arabia Saudita.
A mediados de 2014, el politólogo Hasan Hasan, experto en grupos extremistas, señaló al diario español El Mundo que una de las fuentes de financiación de ISIS llega precisamente de países como Arabia Saudita, Qatar y Kuwait, a través de “donaciones de hombres acaudalados… que creen en su proyecto de Estado Islámico”.