El gobierno de Donald Trump ha suspendido el despido de cientos de empleados de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA), responsables del manejo del arsenal nuclear de Estados Unidos. La medida, inicialmente impulsada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), provocó confusión y alarma entre los trabajadores y expertos del sector, quienes advierten que estos recortes podrían poner en riesgo a las comunidades cercanas a instalaciones nucleares clave y comprometer la seguridad nacional.
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El jueves pasado, hasta 350 empleados de la NNSA fueron despedidos sin previo aviso, según confirmaron tres funcionarios federales. Los recortes afectaron principalmente a trabajadores de la Planta Pantex, en Texas, encargados del reensamblaje de ojivas nucleares, una de las tareas más sensibles del programa de armas nucleares.
La medida fue vista como parte de un esfuerzo más amplio de DOGE para reducir la nómina del Departamento de Energía en unas 2.000 plazas. Sin embargo, la ejecución fue caótica. Algunos empleados se enteraron de su despido al perder el acceso a sus cuentas de correo electrónico, mientras que otros descubrieron que no podían ingresar a sus oficinas.
El descontento entre expertos y funcionarios fue inmediato. Daryl Kimball, director ejecutivo de la Asociación de Control de Armas, criticó duramente a DOGE, señalando que el equipo liderado por Elon Musk parece desconocer las funciones críticas del departamento encargado de la seguridad nuclear, más allá de la eficiencia energética. “Es como si no se dieran cuenta de que este es el departamento de armamento nuclear”, señaló Kimball.
El mismo viernes, tras las críticas generalizadas, la directora interina de la NNSA, Teresa Robbins, emitió un memorando revocando los despidos del 72% de los trabajadores afectados, lo que alivió temporalmente la tensión. No obstante, persisten las dudas sobre la estabilidad laboral de los empleados.
El Departamento de Energía minimizó el impacto, afirmando que los despidos afectaron a menos de 50 empleados, la mayoría en «período de prueba» y en roles administrativos. Sin embargo, los relatos de los funcionarios y el caos registrado contradicen esta versión oficial.
El director adjunto de la NNSA, Rob Plonski, fue uno de los primeros en alzar la voz públicamente. A través de LinkedIn, Plonski advirtió que recortar al personal que maneja las funciones nucleares críticas del país podría ser visto como una medida imprudente, con serias implicaciones para la seguridad nacional. «Este es un momento crucial. Debemos decidir si realmente estamos comprometidos a liderar en el escenario global o si estamos dispuestos a socavar los sistemas que aseguran nuestro futuro», declaró.
Además de las preocupaciones sobre el programa de armas nucleares, los despidos afectaron a otros empleados encargados de la gestión de residuos radiactivos y la seguridad de instalaciones nucleares como el Laboratorio Nacional del río Savannah, en Carolina del Sur, y la Instalación Nuclear de Hanford, en Washington, donde los trabajadores aseguran desechos radiactivos altamente peligrosos.
Legisladores como la representante Marcy Kaptur y la senadora Patty Murray, ambas demócratas, calificaron los despidos como “insensibles y peligrosos”, argumentando que la medida pone en peligro la seguridad de las comunidades y la estabilidad del programa nuclear del país.
A pesar de la suspensión de los despidos, algunos empleados afectados están reconsiderando su futuro laboral en la NNSA, citando la incertidumbre creada por los abruptos recortes. La agencia se encuentra en un momento crucial, con un ambicioso programa de modernización nuclear valorado en 750.000 millones de dólares, que incluye nuevos misiles balísticos intercontinentales y submarinos equipados con ojivas nucleares.
Edwin Lyman, director de seguridad de energía nuclear en la Union of Concerned Scientists, advirtió que los despidos, aunque temporalmente revocados, han dejado una sensación de inestabilidad en el programa nuclear, tanto a nivel nacional como internacional. “El mensaje para los adversarios de Estados Unidos es claro: esta disrupción en la seguridad nacional sólo puede beneficiarlos”, señaló Lyman.
Foto: Redes
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