El ex presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, ha enviado una propuesta al gobierno español donde aceptaría entregarse a la Justicia, con la condición de ser investido como presidente de la Generalitat.
La propuesta permitiría el retorno de Puigdemont desde Bruselas a Cataluña, donde habría aceptado acudir voluntariamente ante el Tribunal Supremo, para enfrentar los cargos de los que se le acusa.
La negativa del gobierno de Mariano Rajoy, sumado a la decisión del Tribunal Supremo de mantener en prisión al líder independentista Oriol Junqueras, generan un ambiente confuso entre los partidarios de la independencia de Cataluña, donde aparecen discrepancias en relación al futuro del movimiento.
Si bien el mismo Puidgdemont esperaba volver a Cataluña, establecer lo que él y sus partidarios reconocen como “el gobierno legítimo” y liberar a los presos asociados al independentismo, la situación actual es a lo menos confusa. Entre los representantes fugados y encarcelados, el bloque independentista cuenta con ocho escaños menos en el Parlamento, lo que les haría imposible apoyar la investidura con una mayoría clara. A ello se suman las discrepancias entre los distintos partidos que apoyan la independencia de Cataluña, que hasta hace poco trabajan en conjunto.
Por último, desde el gobierno español, defendieron la autonomía del poder judicial, dejando en ellos plena responsabilidad sobre el futuro de Puigdemont y los líderes catalanes. De acuerdo a esta posición, el retorno del ex presidente es prácticamente imposible. De ser así, sería inmediatamente aprehendido por las autoridades y sometido a juicio por el Tribunal Supremo.