La presencia militar norteamericana alrededor del mundo obliga al desplazamiento forzado de personas, quienes buscan resguardar su vida, y datos de la ACNUR confirman la crisis migrante que impera y cómo los conflictos asociados a Washington influyen
No todos los récords son sinónimo de alegría, festejo y desarrollo. Algunos, lamentablemente y con mayor frecuencia en los últimos tiempos, hacen referencia a datos negativos para el progreso de la humanidad.
Así es el caso del cruento fenómeno de los desplazados, donde millones de personas se ven forzadas a dejar sus países de origen ante el riesgo de perder la vida y la de sus familiares.
El pasado 19 de junio, la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) publicó su más reciente informe sobre el número de personas que huyen de la guerra, la persecución y los conflictos en sus países o regiones.
La cifra superó los 70,8 millones en 2018, el nivel más alto registrado desde que ACNUR tiene constancia en sus casi 70 años de historia; cifra que se incrementó en al menos 2,3 millones de personas en comparación con 2017, cuando se calcularon 68,5 millones afectados por esta catástrofe con incidencia global.
El dato más lamentables es que, según Acnur, la mitad de las personas bajo esa condición de refugiados son menores de edad.
Los datos del informe anual “Tendencias Globales” certifican que al menos 70,8 millones de personas se encuentran desplazadas forzosamente de sus hogares, una cifra que duplica el número de personas desplazadas de dos décadas atrás.
Pero, llama la atención que en los territorios donde se produce la mayor cantidad de desplazamientos forzosos, está la mano de Estados Unidos, a través de distintas modalidades: guerras frontales, apoyo a regímenes autoritarios, planes sediciosos contra gobiernos independientes, sanciones, bloqueos económicos, comerciales, financieros y diplomáticos; y otra serie de estrategias utilizadas para forzar el sostenimiento de su hegemonía unilateral.
Guerras de EE. UU. en Medio Oriente
Preocupa la situación en Medio Oriente, donde 25,9 millones de personas –medio millón más que 2017- se han desplazado producto de las guerras que han impuesto EE. UU. y sus aliados (Israel, Arabia Saudita, Inglaterra, Francia, entre otros), sobre todo en países como Siria y Libia, que ostentaban un gran desarrollo social y en áreas fundamentales como salud, educación, vivienda y calidad de vida.
Otras víctimas del desplazamiento forzoso son los pueblos de Yemen, Jordania, Turquía, Irán, Afganistán -país donde desde que entró Washington se ha incrementado la producción de heroína-, Irak, Nigeria, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur; además de la huida a Bangladesh de cientos de miles de refugiados rohingya desde Birmania, y el lamentable genocidio que se vive en Palestina.
En todas estas naciones, los desplazamientos son propiciados por conflictos políticos, guerras y la persecución que fomenta Estados Unidos contra gobiernos que no ceden a sus intereses, o sobre territorios que tienen amplias riquezas petroleras, minerales, gasíferas, naturales e incluso geoestratégicas.
Sólo en el caso de Palestina, la cifra de desplazados es de 5,5 millones de personas, al menos los que se encuentran registrados por la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por su sigla en inglés).
“Estas cifras vuelven a confirmar la tendencia al alza a largo plazo en el número de personas que necesita protección a causa de la guerra, los conflictos y la persecución (…) debemos redoblar nuestra solidaridad con las miles de personas inocentes obligadas a huir de sus hogares cada día”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
Otras cifras relatadas por la Acnur que causan impacto son las relacionadas a los solicitantes de asilo y las personas que realizan desplazamientos internos en sus propios países, también obligadas por situaciones riesgosas o violencia armada.
Sobre este aspecto, Acnur registró que al menos 41,3 millones de personas son obligadas a desplazarse a otras zonas dentro de sus propios países; mientras que en el caso de los asilos la cifra de 2018 se ubica en 3,5 millones de peticiones en el mundo.
13,6 millones de nuevos desplazados
“El desplazamiento global continúa creciendo a un ritmo superior a la velocidad con que se encuentran soluciones para las personas que han sufrido desplazamiento. En el caso de las personas refugiadas, la mejor solución es poder regresar a sus hogares de manera voluntaria y en condiciones dignas y seguras. Otras soluciones son la integración en la comunidad de acogida o el reasentamiento en un tercer país. Sin embargo, tan solo 92.400 refugiados fueron reasentados en 2018, es decir, menos del 7 % del total de personas a la espera de su reasentamiento. Además, unos 593.800 refugiados pudieron retornar a sus hogares y otros 62.600 se nacionalizaron”, agrega la ACNUR en su informe.
Asimismo, “en cualquier situación de refugiados, dondequiera que sea e independientemente del tiempo que lleve activa, se tiene que poner el énfasis constantemente en la búsqueda de soluciones y en la supresión de los obstáculos que impiden a estas personas regresar a sus hogares”, explicó Grandi.
“Se trata de un trabajo complejo en el que Acnur está siempre involucrado, pero que también requiere que todos los países aúnen esfuerzos por el bien común. Este es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo”, agregó.
El informe revela que durante 2018, 13,6 millones de personas fueron desplazadas, incluyendo 2,8 millones que buscaron protección en el extranjero (como nuevos solicitantes de asilo o refugiados recién registrados) y 10,8 millones de personas desplazadas internamente (PDI).
Esta cifra se traduce en que un promedio de 37.000 personas fueron desplazadas diariamente durante 2018. Etiopía, con 1,6 millones de personas lideró la cifra de nuevos desplazados, 98% de ellos dentro de su propio país.
Los sirios fueron la siguiente mayor población de nuevos desplazados, con 889.400 personas en 2018.
De estos, 632.700 fueron recientemente desplazados / registrados fuera del país, mientras que el resto fueron desplazados internamente.
Nigeria también registró un gran número de personas recientemente desplazadas, con 661.800, de las cuales aproximadamente 581.800 se movieron dentro de las fronteras del país.
Venezuela, víctima de una guerra no convencional
También resalta el caso de Venezuela, asediada desde hace 20 años por Washington en su intento de retomar el control político del país. Es una situación que en los últimos seis años se ha recrudecido debido a una serie de planes violentos gestados y promovidos por la Casa Blanca para intentar derrocar el Gobierno electo, que hoy dirige el presidente Nicolás Maduro.
La persecución de Washington se fundamenta en una guerra multiforme que incluye el saboteo de su economía y ha generado una crisis sin precedentes que, de acuerdo con Acnur y por cifras referenciadas por gobiernos que también ejecutan el plan contra los venezolanos, ha desplazado a unos cuatro millones de personas.
Esta cifra, meramente referencial, porque no tiene ningún sustento real que la certifique, es según Acnur “una de las mayores crisis recientes de desplazamiento en el mundo”. No en vano, Estados Unidos ha declarado públicamente que sobre Venezuela “todas las opciones están sobre la mesa”, incluso la de iniciar una guerra frontal para lograr sus objetivos políticos.
Por ejemplo, en 2018 -según Acnur- el mayor número de nuevas solicitudes de asilo correspondió a venezolanos ,con un total de 341.800.
En Centroamérica, zona donde la presencia estadounidense es de primer orden, la excesiva migración fue protagonista en 2018 y 2019. Miles de migrantes han salido de Guatemala, Honduras y El Salvador buscando refugio por ser víctimas de la violencia armada y el narcotráfico, que Estados Unidos dice combatir, pero que sólo se ha incrementado desde la presencia de sus tropas en esos países.
Lo mismo sucede en Colombia, el país con la guerra civil más larga y violenta del continente, y con crímenes de lesa humanidad perpetrados por el Gobierno, que ha dejado miles de víctimas torturadas y desaparecidas.
Datos impactantes sobre la migración forzada
Con base en el estudio de Acnur, hay ocho datos impactantes sobre la crisis de los desplazados.
Sólo en 2018, un total de 111.000 niños desplazados estaban solos o sin sus familiares. De hecho, la cifra total revela que uno de cada dos refugiados era niño o niña.
De ese total, resalta que la mayoría de los niños son menores a los cinco años. Por ejemplo, la cifra de Uganda cita que 2.800 infantes menores de cinco años estaban solos o sin familiares.
Otro dato terrible sobre el tema de la migración forzada es que los países pobres son los que más reciben cantidad de desplazados, una situación que agrava no solo la realidad de los migrantes sino también del país que los acoge.
Además, cerca del 80 % de los refugiados del mundo viven en países vecinos a su nació de origen.
Según Acnur, los países ricos o “de ingresos altos” apenas acogen un promedio de 2,7 refugiados por cada 1.000 habitantes; mientras que los países de ingresos medios o bajos, a 5,8 migrantes por cada 1.000.
Pero, en el caso de los países más pobres, estos reciben a un tercio de todos los refugiados del mundo, es decir, 23,6 millones de desplazados.
Otro dato relevante es que 4 de cada 5 desplazados han permanecido en esa situación durante al menos cinco años. Además, el análisis revela que al menos uno de cada cinco migrantes ha estado en situación de desplazamiento desde por lo menos hace 20 años.
La proporción de personas en el mundo que son refugiadas, solicitantes de asilo o desplazadas internas se elevó el año pasado a 1 de cada 108 personas. Hace diez años, la proporción era de 1 de cada 160.
El informe “Tendencias Globales” se publica anualmente en torno al Día Mundial del Refugiado (20 de junio) y analiza los desplazamientos forzados con base en los datos recopilados por ACNUR, gobiernos y otros socios.
Los hallazgos en el informe desafían algunas de las percepciones sobre el desplazamiento forzado, en comparación con la realidad.
Entre ellos está la noción de que los desplazados del mundo se encuentran principalmente en países desarrollados. Los datos demuestran lo contrario, pues el 85 % de los refugiados se encuentra en países en desarrollo, muchos de los cuales son extremadamente pobres y apenas reciben ayuda para atender a estas personas.
Son principalmente las guerras, la violencia y la persecución la que generan el desarraigo de un -cada vez más- creciente número récord de hombres, mujeres y niños en todo el mundo. Para Acnur es imperante alcanzar un pacto global sobre refugiados.