Desde que el líder libio Muammar Gaddafi fuera asesinado el 20 de octubre de 2011 a manos de los rebeldes, que actuaron con el apoyo de las tropas de la OTAN, Libia vive inmersa en una guerra civil. Todos los intentos de crear órganos gubernamentales han fracasado, mientras que la economía se encuentra sumida en una crisis profunda.
Seis años después del derrocamiento del coronel Gaddafi, que permaneció 42 años en el poder, sigue siendo vital la cuestión de la unificación del país para prevenir el derrumbe final del Estado libio. ¿Verá el país africano a un nuevo Gaddafi en el poder capaz de solucionar, si no todos, al menos, algunos de los problemas de Libia?
Saif al Islam Gaddafi, potencial sucesor de su padre, el asesinado Muammar Gaddafi, estaba destinado a convertirse en el rostro moderno de Libia, pero su vida y la de su país experimentaron un drástico giro tras la revolución. Sin embargo, que fue liberado hace dos semanas tras permanecer 6 años en prisión, sigue teniendo partidarios.
El 24 de junio manifestantes libios salieron a las calles de la ciudad de Bani Walid para exigir que el hijo del histórico líder libio se ponga al frente del país. «Hacemos un llamamiento al hijo de Libia, Mujahid Saif al Islam Gaddafi, para que lidere al movimiento nacional» y para «librar a Libia de la guerra civil», indicó el portavoz de la tribu de Sayan, Ahmad al Shalahli, según recoge el periódico ‘online’ Al Masdar News.
Saif al Islam Gaddafi, «un salvador para Libia»
Aunque la Corte Penal Internacional acusó a Saif de crímenes de guerra y de lesa humanidad, el hijo de Gaddafi es «un salvador para Libia», escribe el periodista Abdelkader Assad en el portal The Libya Observer. Según afirma, el potencial sucesor de Gaddafi, que desempeñó el papel de emisario leal del Gobierno de su padre e impulsó varias reformas, lograría:
poner fin «al pandemonio» actual en las fronteras, así como en las aguas de Libia;
unir las opiniones políticas «fragmentadas»;
unir el poder militar destruido;
unir a las figuras económicas y entidades libias como el Banco Central de Libia, la Cooperación Nacional del Petróleo y la Autoridad de Inversiones de Libia, entre otros.
Por su parte, el académico y periodista libio, Mustafa Fetouri, también señala en un artículo que pese a las dificultades tras el derrocamiento del Gobierno de su padre, Saif continúa gozando del respeto y del apoyo «significativo» de «grandes grupos de libios», en particular de los que apoyaron a Gaddafi en la guerra civil en 2011.
Además, el hijo del exlíder libio, que durante mucho tiempo fue la cara del Gobierno de Gaddafi en Occidente, es «el representante preferido» de las víctimas de la estructura tribal que han sido asesinadas, desplazadas y encarceladas desde 2011. «Por muy difícil que sea reconciliar esta afirmación, algunos libios, que han sufrido durante los últimos seis años, lo ven como el futuro», recalca el académico, agregando que este hombre «se convierte en algo parecido a una alternativa creíble».
¿Quién es Saif al Islam?
Saif al Islam se dio a conocer en el año 2000 cuando encabezaba la Fundación Gaddafi.
Aunque nunca ocupó puestos oficiales, negoció la liberación de rehenes occidentales capturados por rebeldes musulmanes en Filipinas.
Estaba ansioso por normalizar los vínculos con Occidente.
En 2007 actuó como mediador entre las autoridades europeas y libias en el caso de cinco enfermeras búlgaras encarceladas presuntamente por inocular el virus del sida a unos 400 niños en Libia.
Consiguió que cobraran compensaciones económicas las familias de los muertos en los ataques terroristas al vuelo 103 de Pan Am sobre la localidad escocesa de Lockerbie en 1988 y del Vuelo 772 de la aerolínea UTA en 1989 sobre Níger, en ambos casos perpetrados por terroristas libios.
FUENTE: RT