El debate sobre un polémico proyecto de ley que menoscabaría los derechos del pueblo Maorí, fue interumpido este jueves en el Parlamento de Nueva Zelanda, con un «haka», una danza tradicional que históricamente se utilizaba en las guerras y en las confrontaciones deportivas.
La diputada del partido Te Pati Maori, Hana-Rawhiti Maipi-Clarke, se levantó de su asiento y rompió varios trozos de papel de la iniciativa que se estaba discutiendo, para comenzar este baile maorí, que incluye gritos, agitación de manos, golpes en el pecho y en el suelo y que ha sido popularizado mundialmente por la selección de rugby neozelandesa ‘All Blacks’.
Posteriormente, se unieron a la protesta los legisladores, Rawiri Waititi y Debbie Ngawera-Pac, así como una decena de personas que estaban en la galería del Parlamento de Wellington, tal y como se puede apreciar en un video compartido en la cuenta en X del Partido Te Pati Maori.
Waititi, co-líder del Partido Maorí, explicó que el ‘haka’ fue un acto de desafío al Gobierno.
«Nos encanta cuando lo hacen los ‘All Blacks’, pero ¿qué pasa cuando lo hacen en un lugar donde desafían la violencia y la violencia continuada de una Cámara que lo ha hecho durante cientos de años?, dijo el político de origen maorí a Radio New Zealand.
Polémica ley que recorta los derechos del pueblo maorí
El polémico proyecto que se estaba discutiendo en el Parlamento, se refiere a la propuesta para reinterpretar el Tratado de Waitangi, firmado en 1840, poco antes de que Nueva Zelanda pasara a formar parte del imperio británico.
Esta iniciativa, que fue presentada la semana pasada por el partido ACT New Zealand, un socio menor en el gobierno de coalición de centroderecha gobernante, ha sido ampliamente rechazada por la comunidad maorí, argumentando que socava sus derechos como pueblo indígena neozelandés.
Esta propuesta legislativa ha llevado a miles de personas a salir a la calle y protagonizar marchas y pro
El Tratado de Waitangi, es un acuerdo suscrito entre los británicos y muchas, pero no todas, las tribus maoríes.
Este documento ha sido tildado de controvertido, ya que se escribió en inglés y maorí, que solo había sido un idioma hablado hasta la colonización, y las dos versiones contienen diferencias fundamentales en cuestiones como la soberanía.
Aunque el tratado en sí no está consagrado en la ley, con el tiempo sus principios se han adoptado en varios intrumenrtos legales.
Cabe recordar, que el Tribunal de Waitangi, que se estableció en 1975 para investigar presuntas violaciones del Tratado, concluyó que este proyecto de ley “excluyó intencionalmente cualquier consulta con los maoríes, infringiendo el principio de asociación, las obligaciones de buena fe de la Corona y el deber de la Corona de proteger activamente los derechos e intereses de los maoríes”.
También advirtió que los principios del proyecto de ley tergiversaron el Tratado de Waitangi , lo cual “causó un perjuicio significativo a los maoríes”.
Políticos maoríes advierten que no se quedarán de brazos cruzados
La presentación del Proyecto de Principios del Tratado se produce después de una serie de medidas introducidas por el gobierno de Nueva Zelanda que han afectado a los maoríes.
Entre estas polémicas acciones, figura el cierre de la Autoridad de Salud Maorí, que se estableció bajo el gobierno laborista de Jacinda Ardern para ayudar a crear equidad en salud, y la priorización del inglés sobre el maorí cuando se trata del nombramiento oficial de organizaciones gubernamentales.
Aunque aproximadamente el 18% de la población de Nueva Zelanda se considera maorí, según el censo más reciente, muchos siguen estando en desventaja en comparación con la población general cuando se evalúan a través de indicadores como los resultados de salud, ingresos familiares, niveles educativos y tasas de encarcelamiento y mortalidad. Incluso, existe una brecha de siete años en la esperanza de vida.
En la actualidad, el pueblo maorí es una minoría que constituye el 20% de los 5,3 millones de habitantes de Neuva Zelanda.
El proyecto de ley que reinterpreta los principios del Tratado de Waitangi, será enviado a un comité selecto para un proceso de audiencia pública de seis meses.
Por su parte, los líderes maoríes han calificado esta propuesta de ley como una “afrenta” a su cultura e historia.
“Este proyecto de ley es un paso atrás en la lucha por la justicia y la igualdad”, declaró Debbie Ngarewa-Packer, co-líder del Partido Maorí en conferencia de prensa.
“No nos quedaremos de brazos cruzados mientras intentan borrar nuestra historia y negar nuestros derechos”, afirmó.
De acuerdo con medios locales, es poco probable que el proyecto obtenga el apoyo suficiente para convertirse en ley, aunque ya pasó la primera lectura.