Hay que «aunar voluntades» para sacar a Putin, exige fundación golpista de EEUU

El presidente neoconservador de la organización financiada por el Departamento de Estado norteamericano, National Endowment for Democracy (NED), ha pedido al gobierno que «aúne voluntades» para poner término al régimen político del presidente ruso Vladimir Putin inspirándose en el caso de una periodista que fue asesinada en el país del Kremlin hace 10 años.

Carl Gershman, quien ha encabezado la NED desde su fundación en 1983, no cita evidencia alguna que implique a Putin en la muerte de Anna Politkovskaya, sin embargo utiliza una columna entera en The Washington Post para despotricar contra quien llama «el autócrata que los estadounidenses miran por primera vez».

«Politkovskaya vio el peligro (de Putin), pero ella y otros liberales en Rusia no fueron lo suficientemente fuertes para detenerlo. Estados Unidos tiene el poder de contener y vencer este peligro. El asunto es si podemos aunar voluntades para conseguirlo. Recordar a Politkovskaya puede ayudarn a plantearnos este desafío», escribió.

Como destaca el periodista Robert Parry, el llamado de Gershman demuestra que la NED sirve de vehículo para sacar del camino a líderes políticos democráticamente elegidos que no son del gusto de EEUU, a través del financiamiento de grupos de oposición.

«Existe una razón por la que NED ve su trabajo en esa dirección. En 1983, NED esencialmente adoptó las funciones de la CIA para influir sobre resultados electorales y desestabilizar gobiernos que se interponen a los intereses de EEUU, con la diferencia de que NED lo hace de forma cuasi-abierta mientras que la CIA lo realizaba de forma encubierta», indica Parry.

El investigador señala que NED «fue un actor clave en el golpe del 22 de febrero de 2014 que derrocó al presidente elegido de Ucrania, Viktor Yanukovych, en un putsch apoyado por EEUU que provocó una guerra civil dentro de Ucrania entre nacionalistas ucranianos del oeste y grupos étnicos rusos del este. La crisis ucraniana se convirtió en el punto de ignición de la peligrosa Nueva Guerra Fría entre EEUU y Rusia».

Antes de la abrupta salida de Yanukovuch, NED financió múltiples proyectos de agitación al interior de Ucrania (incluyendo a grupos neonazis), a los que Gershman alabó en otra columna publicada por The Washington Post el 26 de septiembre de 2013, identificando esa pugna como un paso importante para influir sobre Moscú.