Según la proyección de las principales emisoras estadounidenses, Clinton llevaba a Sanders más de 30 puntos de ventaja, lo cual le garantiza una cómoda victoria en Puerto Rico, donde sus habitantes pueden participar en las primarias pero no en las elecciones presidenciales de noviembre, a no ser que se muden a territorio estadounidense.
En Puerto Rico están en juego 60 delegados, que serán repartidos de forma proporcional en función del resultado final de las votaciones, aunque si un candidato acumula más del 85 % de los votos, se queda con todos.
Según el recuento de muchos analistas, Clinton se encuentra a tan solo 60 delegados para garantizarse la nominación, exactamente los mismos que están en liza en Puerto Rico.
Aunque no los consiga todos este domingo—se estima que se hará con unos 30— esta victoria hace prácticamente seguro que logrará la cifra mágica de 2.383 delegados necesarios para convertirse en la candidata demócrata en las primarias del martes. Sin contar con los votos puertorriqueños, Clinton tiene ya garantizados 2.323 respaldos, entre delegados y superdelegados.
Pese a ello, Sanders afirma que seguirá en liza hasta la Convención Demócrata en julio, ya que confía en poder disuadir a centenares de superdelegados —funcionarios y personalidades del partido cuyo respaldo a un candidato no depende del proceso de primarias— que apoyan a Clinton para que cambien su voto en su favor.