Infancia vulnerable: 357 millones de niños viven en zonas de conflicto armado

Entre las problemáticas asociadas a la zonas de conflictos armados en distintas partes del mundo, existe una en particular que inevitablemente toca la sensibilidad, por las características de vulnerabilidad de la población que las padece. Son al menos 357 millones de niñas y niños que tienen que vivir esta realidad a diario, de acuerdo a un nuevo informe de la ONG Save The Children.

El documento titulado «La guerra contra la infancia: es hora de poner fin a las violaciones de los derechos de los niños y niñas en los conflictos armados» pone una alerta respecto al aumento de esta cifra en relación a la década de los noventa: un 75 por ciento más de niños conviven con las armas, la muerte y la escasez de recursos en zonas de conflicto. En la actualidad esto se traduce en que 1 de cada 6 niños se encuentra en esta posición de vulnerabilidad.

De los niños afectados, casi la mitad está en zonas donde se desarrollan conflictos de alta intensidad. De acuerdo a lo publicado por Save The Children, en estos territorios podrían sufrir las seis violaciones graves de los derechos de los niños que define la Organización de Naciones Unidas: «asesinato y mutilación, reclutamiento y utilización de niños y niñas, violencia sexual, secuestro, ataques a escuelas y hospitales y denegación de asistencia humanitaria».

El informe detalla además los lugares de mayor riesgo para los pequeños: «Los niños y las niñas en Medio Oriente son quienes más probabilidades tienen de vivir en una zona de conflicto, región en la que dos de cada cinco niños y niñas viven en una zona afectada por un conflicto, el índice más alto del mundo», consigna el documento.

En relación a las violaciones de los derechos de los niños, desde 2010 el número de casos verificados por la ONU de infantes asesinados y mutilados ha aumentado casi un 300 por ciento. Al respecto, la ONG es crítica ante las formas en que se desarrollan los conflictos bélicos y cómo esta ha convertido a los niños en uno de los objetivos más comunes. «Cada vez se adoptan más tácticas brutales en que la infancia se convierte en blanco de guerra; por ejemplo, la utilización de niños y niñas para perpetrar atentados suicidas, ataques directos a escuelas y hospitales, y el empleo generalizado e indiscriminado de armas tales como municiones de racimo, bombas de barril y aparatos explosivos improvisado”, detalla el informe.

 El Ciudadano