Investigadores de la Universidad de Toledo, en Estados Unidos, han descubierto nuevos tratamientos que podrían eliminar las células madre del cáncer, lo que además de combatir la enfermedad evitaría las recaídas oncológicas.
Las células del cáncer distan mucho de ser homogéneas, tanto desde un punto de vista genético como sobre todo epigenético. Dentro de un tumor parece establecerse una especie de estructura jerárquica, un árbol en cuya raíz se alojan las llamadas células madre.
Estudios realizados en varias universidades del mundo les conceden unas propiedades fundamentales: basándose en mecanismos epigenéticos, estas células madres son las únicas capaces de iniciar un tumor (si se trasplantan en ratones otras células del tumor que no sean estas, el tumor no crece), se dividen muy lentamente y, sobre todo, son particularmente resistentes a la quimioterapia. De ahí que un cáncer pueda reaparecer si queda viva una de estas células, aunque el tratamiento en un principio parezca funcionar.
La epigenética es el estudio de modificaciones en la expresión de genes que no obedecen a una alteración de la secuencia del ADN y que son heredables. Fuentes de modificaciones importantes de los genes son los factores ambientales, que pueden afectar a uno o varios genes con múltiples funciones.
«No todas las células cancerosas son iguales, incluso en el mismo tumor. Hay mucha variabilidad y algunas, como las células madre, son mucho más desagradables. Todos los investigadores están tratando de averiguar cómo matarlas y esta puede ser una forma de hacerlo», han dicho los científicos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista Scientific Reports«.
Para John Edgar Dick, investigador en la Universidad de Toronto y uno de los pioneros de la investigación en este campo, “si las células madre del cáncer son tan relevantes, y si el tumor crece y evoluciona a partir de ellas, entonces sus características son las más importantes”. Pero su estudio implica retos, y también los tratamientos que intenten vencerlas. “Las células madre tienen numerosas propiedades para escapar de las terapias”, aseguró Dick. “Si están en la base de la evolución del tumor, es difícil superar a Darwin”.
Cuando los médicos extirpan un tumor quirúrgicamente o lo atacan con medicamentos de quimioterapia o radioterapia, puede parecer que el cáncer ya no existe. Sin embargo, la evidencia sugiere que una pequeña subpoblación de células cancerosas, como las células madre, puede permanecer y circular a través del cuerpo para provocar metástasis en lugares remotos.
En este sentido, la pequeña molécula que los científicos estadounidenses han aislado parece unirse a esas células madre y matarlas al bloquear su absorción de un aminoácido llamado cistina.
«En la actualidad, no hay medicamentos que puedan matar a las células madre del cáncer, pero la gente los está buscando», han dicho los expertos, quienes han comentado que debido a que las moléculas se dirigen de manera tan selectiva a las células madre del cáncer es posible que, en última instancia, puedan combinarse con otros medicamentos de quimioterapia para brindar un tratamiento más completo que apunte a la célula madre cancerosa.