El primer ministro de Iraq, Haider Al Abadi, lanzó este domingo una operación para retomar la ciudad de Mosul, tomada por terroristas del Daesh (Estado Islámico): «Hoy anuncio el inicio de la operación para liberar la provincia de Nineveh. La hora ha llegado y el momento de una gran victoria está cerca», aseguró Abadi durante su discurso en la televisión estatal.
La operación militar para liberar a Mosul amenaza a 1,5 millones de habitantes de la ciudad, declaró el secretario general adjunto de la ONU para los Asuntos Humanitarios, Stephen O’Brien, quien mostró su preocupación por la ofensiva. De hecho, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) advirtió este lunes que estima que 100.000 personas podrían huir del ataque anunciado por el Gobierno iraquí.
El pasado 28 de septiembre, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó el envío de «cerca de 600» soldados adicionales a Iraq para recuperar Mosul, el último gran bastión del Daesh en el país oriental. Un despliegue que se alzó como el tercer aumento de tropas de Estados Unidos en Iraq desde el mes de abril. La retoma se tiene prevista para fines de año.
Mosul, la segunda ciudad de Irak, lleva más de dos años en manos del Daesh, que la tomó en una ofensiva sorpresa que puso en evidencia la inconsistencia y sectarismo del Ejército iraquí, que se batió en retirada y permitió a los yihadistas extender sus dominios más allá de Siria.
La ofensiva en el país es compleja porque une a distintos actores que sólo coinciden en un objetivo: fulminar al Daesh y recuperar una decena de poblaciones de los alrededores de la ciudad como paso previo a la recuperación de Mosul. Las milicias kurdosirias (formadas por unos 4.000 combatientes) actúan con apoyo de la aviación estadounidense y las fuerzas especiales antiterroristas del ejército iraquí. En el terreno también hay las milicias suníes, chiíes y otras fuerzas locales, además del ejército turco.
La batalla puede alargarse semanas o meses y se calcula que implicará a unos 30.000 soldados entre iraquíes y kurdos, que previamente ya liberaron otras ciudades irquíes como Ramadi o Fallujah, también en manos del Daesh.
Importancia de Mossul
Mosul es un enclave sunita en una zona de mayoría kurda, aunque en la ciudad confluye es una mezcla de kurdos, chiíes, suníes, cristianos y turcomanos, entre otros.
A parte de ser una zona rica en petróleo, el río Tigris es una fuente de riqueza vital en esta zona tan árida y la represa de Mosul abastece de agua y electricidad a toda la región. La ciudad es, además, un eje histórico de comunicaciones entre Irak, Siria y Turquía.
Cayó a manos del Daesh sin mucha resistencia a principios de 2014, luego de ser el último bastión del Partido Baas del dictador Saddam Hussein y uno de los feudos de Al Qaida en Irak.
Se calcula que dentro de Mosul hay entre 3.000 y 4.500 combatientes yihadistas en una población de 1,5 millones de habitantes y ese es también uno de los puntos críticos de la ofensiva ya que se teme que los milicianos del Daesh utilicen a los habitantes de la ciudad como escudo humano.
Salida de refugiados
Ante la inminente huida de los civiles, la Acnur preparó durante meses un plan para acoger a los desplazados y solicitó 61 millones de dólares extra para poderlo financiar.
El objetivo es poder atender a los civiles en campos de refugiados, entregar material de auxilio y refugio a los que no lleguen hasta estos asentamientos.
Para brindar asistencia, la Acnur construyó 11 campos de refugiados, algunos de los cuales ya están listos, otros en construcción, y otros en fases de planificación.