Teherán sobrepasó los 300 kilos de reservas de uranio enriquecido y responde así a la decisión de EE. UU. de abandonar el pacto nuclear suscrito en 2015 y reimponerle sanciones unilaterales que han limitado sus exportaciones petroleras
El presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, advirtió este lunes que Irán «está jugando con fuego» al haber superado por primera vez el límite de uranio poco enriquecido (UH6) que el acuerdo nuclear le permite almacenar.
«Están jugando con fuego», fueron las palabras exactas de Trump, en declaraciones ofrecidas a la prensa desde la Casa Blanca.
El Mandatario reaccionó al anuncio de la República Islámica, que través de su ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, informó que había superado el límite de la reserva uranio enriquecido establecido en el acuerdo nuclear de 2015, suscrito entre la nación persa y el entonces Grupo 5+1, conformado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania.
Este pacto estipula que Teherán debe exportar sus excedentes de uranio y de agua pesada cuando estos sobrepasen los 300 kilos y las 130 toneladas, respectivamente, para impedir que pueda desarrollar una bomba atómica.
La Casa Blanca indicó que “Estados Unidos y sus aliados nunca permitirán que Irán desarrolle armas nucleares”.
“La máxima presión sobre el régimen iraní continuará hasta que sus líderes cambien su accionar. El régimen debe poner fin a sus ambiciones nucleares y su comportamiento perverso. Debemos restaurar el antiguo estándar de no proliferación de enriquecimiento para Irán”, indicó el Gobierno norteamericano en un comunicado.
Respuesta a las sanciones
En función de su grado de pureza, el uranio enriquecido sirve tanto de combustible para una central eléctrica nuclear como para un arma atómica.
A pesar de que Irán ha cumplido con sus obligaciones, que incluyen un estricto régimen de vigilancia por parte de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el Gobierno de Trump se retiró del acuerdo nuclear en 2018 y restauró las sanciones económicas unilaterales contra la nación persa.
Desde entonces, las relaciones se han deteriorado considerablemente. Ante las continuas agresiones Teherán llamó a Reino Unido, China, Francia, Alemania y Rusia a salvar el trato y sortear las sanciones estadounidenses.
El presidente iraní, Hasan Rohani, anunció a principios de mayo que su país iba a acelerar el enriquecimiento de uranio, dejar de exportar el excedente y, si en 60 días no se le ofrecía una solución al bloqueo comercial y financiero norteamericano, empezaría a enriquecer uranio por encima del 3,67 % que establece el acuerdo de 2015, tras considerar que no había motivo para respetarlo tras la retirada unilateral de Estados Unidos .
Posteriormente, Washington culpó a Irán por una serie de ataques a buques petroleros y Teherán derribó un dron de vigilancia estadounidense por violar sus espacio aéreo, lo que incrementó los temores de un posible conflicto bélico entre ambas partes.
Incluso, Donald Trump admitió que estuvo a punto de bombardear Irán, pero decidió posponer el ataque a último momento.
A Irán se le agotó la paciencia
El pasado viernes, Irán y países firmantes del acuerdo nuclear se reunieron en Viena para buscar una solución. Sin embargo, en palabras del viceministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, aunque el encuentro sirvió “para lograr progresos”, sus conclusiones no fueron suficientes.
Araqchi señaló que a Teherán se le estaba acabando la paciencia y no toleraría quedarse vinculado al acuerdo nuclear de forma unilateral, por lo que no resultó extraño que este lunes el Gobierno iraní anunciara que había superado los límites de uranio.
«Según la información de que dispongo, Irán ha superado el límite de 300 kg de uranio con poco enriquecimiento«, informó el titular de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, en declaraciones reseñadas por la agencia Isna.
“Lo habíamos anunciado con antelación (…) y estos avisos precedentes de Irán dicen muy claramente lo que haremos en lo sucesivo”, señaló.
Los inspectores del OIEA ratificaron las palabras de Zarif y por primera vez desde 2015 certificaron que los iraníes están fuera de los parámetros acordados ya que acumulan 2,2 kilos más de lo permitido.
El Canciller persa explicó que su país actúa en ejercicio de sus derechos dentro del acuerdo nuclear internacional firmado en Viena en 2015.
Asimismo, se refirió al mecanismo de resolución de conflictos previsto en ese pacto que establece que Irán puede suspender parte de sus compromisos si otros signatarios incumplen su parte.
Con la decisión de EE. UU. de abandonar acuerdo y restablecer las sanciones, Teherán se vio privado de los beneficios económicos que se le ofrecieron a cambio de que limitara el alcance de su programa nuclear.
Reacciones a la decisión de Irán
El ministro de Exteriores de Reino Unido, Jeremy Hunt, recurrió a Twitter para mostrar su “profunda preocupación” por la decisión de Irán de superar el límite de uranio poco enriquecido y le pidió a Teherán que “evite dar más pasos que se alejen del pacto”.
Desde Moscú, el vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov, lamentó el anuncio iraní, pero dijo que “no se debe dramatizar la situación”.
Por su parte, el primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, demandó a Europa “la imposición automática de sanciones” contra la república islámica y advirtió que “no permitirá que los iraníes desarrollen armas nucleares”
“El Instex no es suficiente”
En mayo de 2018, justo antes de la salida de EE. UU. del acuerdo, la República Islámica exportaba 3,8 millones de barriles diarios. Un año después se estima que apenas llega al medio millón.
Las sanciones de la administración Trump, están llevando a la nación persa a vender su petróleo en el mercado negro y a precios muy por debajo de lo habitual.
Aunque los gobiernos de Londres, París y Berlín presentaron en la cumbre de Viena el mecanismo de Apoyo al Intercambio Comercial (Instex, por su sigla en inglés) para permitir el comercio con Teherán, la amenaza de Washington de sancionar los países que compren petróleo iraní y cerrar su mercado a las empresas que negocien con la nación persa, limita el alcance del mecanismo a intercambios humanitarios.
“No es suficiente”, indicó Zarif en referencia al Instex y recordó que “los europeos se comprometieron a garantizar la venta del petróleo de Irán, y no lo hicieron; se comprometieron a garantizar el transporte, que tampoco lo cumplieron, también se comprometieron a garantizar el retorno de los activos iraníes y tampoco lo cumplieron”.
“Así que la República Islámica de Irán seguirá adelante con sus planes (nucleares) de acuerdo con el plan anunciado de antemano”, añadió.
El Gobierno iraní insiste en que ha mostrado “paciencia estratégica” durante un año y que la actitud de EE. UU. equivale a una “guerra económica”.
Por su parte, Washington, con el respaldo de Arabia Saudí e Israel, considera que el acuerdo nuclear es incompleto, ya que no cubre ni las actividades regionales, ni el controvertido programa de misiles de la nación persa.
Mientras que los socios europeos plantean que es más útil dialogar que amenazar, y temen que la política de “máxima presión” de Trump hacia Teherán termine desatando una guerra.
¿Trump irá a la guerra?
El analista y escritor estadounidense Joe Cirincione, presidente de la fundación Ploughshares, especializada en temas nucleares, indicó que no está sorprendido por el nuevo panorama que se abre a partir de ahora y señaló que “Trump violó el acuerdo hace más de un año y lo que ocurre ahora es una respuesta menor de Irán, absolutamente predecible”.
Aunque la posibilidad de que el conflicto escale a una guerra está latente, varios analistas plantean que el presidente norteamericano no está convencido de atacar a Irán.
Por un lado, Trump quiere parecer duro ante sus adversarios y por el otro le preocupa el rechazo de verse envuelto en una guerra en el extranjero.
Luego de que las fuerzas iraníes derribaran el dron y cuando el ataque estadounidense parecía inminente, el mandatario decidió dar marcha atrás a un ataque, alegando que era una medida «desproporcionada».
En consecuencia, profundizó las severas sanciones económicas y desencadenó un ataque informático contra el sistema digital de las fuerzas armadas iraníes.
Sin embargo, esta reacción tiene sus motivos. En un editorial el diario Military Times advirtió que el poder militar iraní es mucho más peligroso de lo que se supone, por lo que el conflicto se podría descontrolar, dejando un alto costo de vidas y pérdidas materiales para Estados Unidos, que no le convienen al inquilino de la Casa Blanca que aspira a la reelección.
Adicionalmente, los rumores de guerra impulsaron el incremento del precio del petróleo y desataron un debate acerca de cuan conveniente es para Trump iniciar un conflicto bélico con Irán en plena campaña, justo cuando tiene muchos escenarios internacionales abiertos, como la guerra comercial con China, la crisis venezolana, el plan nuclear norcoreano, la crisis migratoria la presencia militar en Iraq, Afganistán y Siria.
Por lo pronto, el diputado y presidente de la comisión nuclear del Parlamento iraní, Moytaba Zonnuri, advirtió que «Israel será destruido en media hora si Estados Unidos ataca a Irán».
Además, Zonnuri mencionó las razones por las que Washington debe evitar un ataque contra su país. En primer lugar se refirió al hecho de que Trump es un hombre de negocios y no de guerra. También indicó que todos los consultados por el Mandatario norteamericano le aseguraron la derrota de EE. UU. si decidía ir a la guerra con Irán.
“Entonces, si los estadounidenses piensan en orquestar un ataque, hemos examinado todos los escenarios, hemos anticipado todas las medidas alternativas y estamos completamente preparados para responder a los estadounidenses con una respuesta más amarga”, remarcó.