Las potencias occidentales y el país de Oriente Medio acordaron limitar tanto el uso civil como militar de la energía nuclear, lo cual pone fin a más de tres décadas de enfrentamientos entre Teherán y Washington.
Con la excepción de Israel, algunas monarquías árabes como Arabia Saudita y la oposición republicana en Estados Unidos, la comunidad internacional recibió con alegría y alivio un acuerdo que costó dos años de duras negociaciones tras 13 años de abierto conflicto.
El acuerdo alcanzado en Viena entre Teherán y las cinco potencias con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia más Alemania (5+1), puso fin también a 13 años de infructuosas negociaciones con etapas díficiles, sobre todo cuando Mahmud Ahmadinejad ocupaba la presidencia persa y George W.Bush la Casa Blanca.
«Tras dos años de negociaciones, Estados Unidos, junto con nuestros aliados internacionales, logró algo que años de hostilidad no consiguieron: un acuerdo integral a largo plazo con Irán que evitará que consiga un arma nuclear», dijo Obama en una declaración a la prensa desde la Casa Blanca.
«Hay un incentivo muy claro para que Irán cumpla y hay consecuencias muy reales en caso de violación», aseveró el presidente estadounidense y advirtió que «si Irán viola el acuerdo» nuclear alcanzado en Viena «todas las sanciones serán reanudadas y habrá serias consecuencias», sentenció.
El presidente estadounidense adelantó también que el Congreso de su país, controlado por una oposición republicana escéptica en las negociaciones con Irán, «tendrá ahora una oportunidad de revisar los detalles» del acuerdo.
No obstante, aseguró que vetará cualquier proyecto de ley que llegue a su mesa y que busque impedir la implementación del acuerdo nuclear con Teherán y enfatizó esperar que «el debate sea potente» en el Congreso y agregó: “Así debe ser, eso nos hace más fuertes». Además dijo esperar que los norteamericanos sepan ver el “cuadro general” y “la oportunidad que representa” el acuerdo.
En tanto, el director general de este organismo de la ONU, Yukiya Amano anunció :“Acabo de firmar una hoja de ruta entre la República Islámica de Irán y el OIEA para aclarar pasados y presentes temas pendientes relacionados con el programa nuclear iraní”. Por parte iraní, el documento fue firmando por el jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi.
El documento marco de Lausana de abril fue el primer paso hacia este acuerdo final entre las partes. Según este texto la cifra de centrifugadoras para enriquecer uranio debe reducirse de 19.000 a 6.100 y el país tiene que bajar la cantidad de uranio poco enriquecido de los actuales 10.000 a 300 kilos.
En la negociación se incluyó un “acuerdo aparte” sobre la base militar de Parchin, una instalación en la que varias agencias de inteligencia sospechan se realizaron experimentos relacionados con armas atómicas y a la que Teherán niega la entrada a los inspectores del OIEA.