La reciente declaración del ministro de Defensa israelí, Yisrael Katz, sobre la permanencia «indefinida» del Ejército israelí en la parte siria de los Altos del Golán refleja una creciente preocupación sobre la seguridad regional, pero también plantea serias interrogantes sobre la legitimidad y las intenciones reales de Israel en un territorio que, según el derecho internacional, sigue siendo considerado como parte de Siria.
También puedes leer: Continúan las protestas en el sur del Líbano: fuerzas israelíes abren fuego contra manifestantes
La justificación oficial para esta ocupación prolongada se centra en el concepto de «seguridad nacional». Sin embargo, la destrucción masiva de la infraestructura militar siria, incluyendo bases aéreas, fábricas de armas y su sistema de defensa aérea, podría ser vista como un acto que trasciende la defensa, transformándose en un ejercicio de dominación militar. El nivel de destrucción, con cifras que reportan la eliminación del 70 al 80% de las capacidades militares sirias, deja en evidencia un claro desequilibrio de poder que difícilmente puede ser considerado proporcional.
El anuncio de Katz también coincide con la caída del expresidente sirio Bashar al-Ásad, un contexto que ha generado una mayor inestabilidad en Siria y que Israel ha aprovechado para expandir su control sobre la meseta del Golán. Aunque Israel insiste en la necesidad de prevenir que grupos islamistas radicales se afiancen en la zona, la historia reciente sugiere que esta expansión no es solo por motivos defensivos, sino también una estrategia territorial de largo plazo que perpetúa la ocupación de facto de los Altos del Golán.
La comunidad internacional ha condenado en reiteradas ocasiones la anexión de esta área por parte de Israel, declarada oficialmente en 1981, pero que nunca ha sido reconocida fuera de sus fronteras. Sin embargo, Israel ha seguido con una política de hechos consumados, consolidando su presencia en este territorio rico en recursos hídricos y con un valor estratégico clave.
Mientras Katz habla de la necesidad de proteger a los residentes israelíes en el norte del país, el silencio sobre las implicaciones para la población siria que aún habita la zona es ensordecedor. Esta «ocupación indefinida» amenaza con institucionalizar la anexión y limitar las posibilidades de una resolución pacífica a largo plazo, sembrando las semillas de futuros conflictos en una región ya devastada por la guerra.
Con su despliegue militar, Israel envía un mensaje claro: su prioridad es asegurar su control sobre el Golán, independientemente del costo para el derecho internacional y la estabilidad regional. A medida que los enfrentamientos en Siria disminuyen, es crucial que la comunidad internacional exija a Israel no solo garantizar su seguridad, sino también respetar las fronteras y derechos de sus vecinos.
Foto: Redes
Recuerda suscribirte a nuestro boletín
📲 https://bit.ly/3tgVlS0
💬 https://t.me/ciudadanomx
📰 elciudadano.com