Israel lanzó la madrugada de este viernes una serie de ataques aéreos sobre la Franja de Gaza y el Líbano, rompiendo así con un periodo de relativa paz, pero en un contexto de constante tensión.
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A principios de la semana estalló la violencia en la zona, tras un ataque de Israel contra la mezquita Al-Aqsa, en Jerusalén, donde lanzaron gas lacrimógenos y granadas aturdidoras para desalojar a las personas que se encontraban rezando.
La policía israelí golpeó a fieles palestinos, deteniendo y sacando del recinto a cientos de personas en lo que, según dijeron, era un intento de expulsar a los agitadores encerrados en la mezquita.
El ataque tuvo lugar durante las celebraciones del Ramadán, periodo de ayuno, reflexión de los musulmanes.
El gobierno de Netanyahu justificó el ataque como una respuesta a los bombardeos del jueves 6 de abril desde el Líbano, donde lanzaron dos proyectiles hacia el sur de Israel tras la tensión en la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén Este.
Por su parte la milicia libanesa Hízbola, se desligó de los ataques, por lo que funcionarios israelís culparon a Hamás, una organización palestina.
Por lo anterior, Israel atacó con aviones la Franja de Gaza sobre sitios de fabricación de armas y túneles, presuntamente pertenecientes a Hamás.
Desde la guerra de 2006 contra Hézbola, no se habían lanzado tantas salvas desde el Líbano y los cohetes lanzados desde Gaza alcanzaron al menos una casa.
Al respecto, un portavoz del ejército israelí declaró que «Nadie quiere una escalada en este momento».
Un militante palestino declaró a Reuters que estaban dispuestos a mantener la calma si Israel hacía lo mismo, ya que el grupo había «dejado claro su punto de vista».
Intervención de Israel
En Cisjordania han aumentado los enfrentamientos en los últimos meses, con incursiones militares casi diarias y una escalada de la violencia de los colonos en medio de una oleada de ataques de palestinos.
Las esperanzas de los palestinos de crear un Estado independiente en Cisjordania y Gaza, con Jerusalén Este como capital, se han desvanecido con el moribundo proceso de paz liderado por la comunidad internacional.
Israel capturó Jerusalén Este en la guerra árabe-israelí de 1967 y se la anexionó como capital en un acto no reconocido internacionalmente.
El nuevo gobierno israelí de extrema derecha está decidido a ampliar los asentamientos judíos en Cisjordania e incluye miembros que descartan un Estado palestino. Hamás, por su parte, rechaza la coexistencia con Israel.
En el último año, las fuerzas israelíes han realizado miles de detenciones en Cisjordania y han matado a más de 250 palestinos, entre combatientes y civiles. Más de 40 israelíes y tres ucranianos han muerto en ataques palestinos en el mismo periodo.
Foto: Archivo El Ciudadano
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